Me hago Griego o Presidente de la Patronal.

Dudas similares las he tenido en otras ocasiones. Recordaréis que en una ocasión vacilé entre hacerme Verdadero Finlandés o Pirata. No es que haya resuelto el dilema pero ya ha venido la Ministra de Economía a resolverme cualquier duda y plantearme la opción corecta: lo mío es hacerme griego o Jefe de Marsans.

Como en cuanto os lo explique vais a querer vosotros también, quede claro que me lo pedí primero. La causa de este arrebato mío se encuentra en diversas declaraciones hoy efectuadas por la muy brillante Ministra de la cosa económica. Mientras el Presidente se dedicaba a la cotidiana tarea del realineamiento planetario por Leire anunciado (y yo que sigo sin sentir nada, que descreído antipatriota soy) , la superministra ha alumbrado el camino: hay que deber mucho, muchísimo, para que ella se preocupe y nos recomiende.

Aquí anda uno con escasa deuda vencida, esforzándose por pagar todas y cada una de ellas, sobre la base de dejar algún número coloradillo hasta el día de la nómina; aquí anda uno con un pasivo irrisorio pero con la banca mirando al techo cada vez que vamos con un recibillo de la empresa y lo que mola es deber un pastón.

La Ministra del asunto económico no ha tenido tiempo para pedir que las Cajas y Bancos, a los que complace un día si y otro también, nos dejen dinero a los humildes mortales. Pero eso si: tras cerrar una compañía de seguros de ese gran gestor universal que es el jefe de la Patronal, ha pedido un prestamillo para Marsans, compañía del mismo gran gestor universal con un pasivo de escándalo. El mismo día, la Ministra, que también turnea en la cosa europea, ha dado noticia sobre las diversas políticas de ayuda a Grecia, que naturalmente, pagaremos nosotros.

Así que digo yo que los errados debemos ser los humildes mortales: lo que hemos de hacer es transmutarnos en Griego o presidente de la Patronal para conmover a la Ministra y a sus amigos los banqueros. Porque esto de que el mercado es libre y hay que dejarlo correr vale para todo el mundo excepto para los grandes gestores universales como el tal Presidente, los gestores de Bancos y Cajas y cosas así…o sea, que hemos equivocado nuestra ruta.

A mi me parece que todo esto empieza a resultar de una risa “que pa qué”. Lo que empieza a molestar no es tanto la improvisación, el que siempre se equivoquen hacia el mismo sitio o que nos consideren tontos de carrera; lo que molesta es que siempre se vayan de rositas los responsables de la situación; lo que molesta es que sea la misma pandilla la que negocia hoy una gabela y mañana la otra; eso si, todo en nombre de la solidaridad social: por un poner, seguro que hay que salvar Marsans para que nuestros mayores se vayan de viaje con el Imserso.