¿Por qué cuándo no va al burdel me “putea”?

Mal habladísimo título que mis lectores no merecen. No obstante, alegaré eximente: mi instintiva reacción ante los profetas; algo así como legítima defensa. Mis lectores saben que en este blog se presta atención a muchos de ellos, sobre la base de una tesis que deberías aceptar como propia: a cualquier dios le iría mejor si se librara de sus portavoces. En esta ocasión, me refiero al dios de los periódicos, sea cual sea.

¿El profeta ? Naturalmente, hablo de Juan Luis Cebrián. Él inventó el periodismo fetén, como es bien sabido y en el faro y guía de Occidente, donde ejerce – en sus tareas mundanas- de Consejero Delegado no pueden equivocarse como más de una vez he recordado aquí.

El hombre, desde que ha empezado a vender activos y a aliarse con media humanidad con el objeto de que su empresa pague deudas, ha decidido reflexionar sobre el nuevo periodismo antes que reflexionar sobre el modelo de negocio. O sea, la culpa no es de los editores que vivieron de la publicidad de la burbuja y del modelo de negocio, sino de los “surfistas”. (Mírate al espejo estimado lector, querida lectora, habla de ti)

Hoy, aprovechando que no ha ido al burdel, ha decidido no sólo culpabilizarme del asunto sino pedirme pasta y responsabilizarme de la pérdida de calidad de la democracia. Porque, siendo como soy un usuario de Internet, seré responsable dice del deterioro de la democracia representativa, alterando la relación entre la ciudadanía y el poder político.

Deleznable circunstancia que se produce porque los lectores que compran el periódico del Señor Cebrián, o cualquier otro, son “fiel(es) a la ideología del mismo, mientras que el que lee periódicos por Internet es como si hiciera surf, va de pagina web en página web, comparando artículos”. O sea, que cómo me leo las noticias claves del día en la red antes de salir de casa y, a veces, he dejado de comprar el periódico del Señor Cebrián ya carezco de ideología y, encima, no soy un buen demócrata

Esto hay que arreglarlo, necesaria e indefectiblemente, opina el defensor de occidente, la democracia y el periodismo de calidad. ¿Cómo? Nada mejor que haciendo que los “surferos” paguen con sus impuestos. Así que Cebrián, ni corto ni perezoso, que opina que hay que tener mano dura con los que reciben rescates financieros, solicita que le quitemos el IVA a los periódicos.

Fíjate tú: Pepiño nos sube los impuestos a los ricos (ah, que los que pagamos el IVA no somos ricos, no me lo puedo “de” creer) para salvar periódicos, es que está en todo os lo tengo dicho. Naturalmente, como no es un plan de rescate, el gobierno no debería controlar a los editores de periodicos, eso es para los indecentes banqueros que se llevan la pela, porque un editor de periódicos nunca haría eso: necesita la pasta para salvar la democracia representativa.

Y digo yo, ¿ de verdad nadie tiene un trabajo de pianista para este hombre?