Garzón: el último b(v)alido

El último balido de Garzón, el Albertito: quien no está con él, está con la "restauración borbónica".

Ya sabíamos de su bonapartismo (según Gramsci, el cesarísmo autoritario que procede de orígenes burgueses). Ahora, sabemos de la deleznable ubicación monárquica de quienes osan llevarle al nuevo prócer la contraria.

La carcajada ante tal imputación se ha oído por medio mundo. Hubiera sido insulto si la afirmación no procediera de un redomado cretino intelectual cuyo objetivo vital sigue siendo pasarle factura a la izquierda histórica para justificar las ominosas prácticas del comunismo vigente.

Porque, atiendan a la metáfora, llama a media humanidad "neocarrillista" o "restaurador borbónico" porque no tiene valor para criticar la transición. Así que, para que no se note que ha comprado el discurso de Podemos y anda ejerciendo de subalterno, nada mejor que acusar a la izquierda histórica de monárquica.

No deberíamos tomárselo en consideración. Un político que ya no sabe quien es su enemigo y que se equivoca de aliados solo tiene un camino: traicionar a sus conmilitones y llevarlos al cadalso como, tan brillantemente, acompañado por Anguita,ha hecho en Andalucía.

Podemos reconocer, venga, que el tipo es un poco cabroncete. No respeta a quienes deben votarle, a la militancia de su formación y, en realidad, si no fuera por la pasta de Roures no le preguntaría nadie su opinión.

Ser el último valido, por monárquicas técnicas seleccionado, digitalmente elegido como heredero, sin primarias ni consulta de ningún tipo, es lo que tiene: hay que matar la historia.

Nunca he sido de Carrillo ni de Frutos. Ustedes, las hemerotecas y mis afamados biógrafos lo saben. De hecho, me enfrenté a ambos en sendos procesos democráticos de esos a los que el señor Garzón nunca ha concurrido. Dicho lo cual, el joven valido, de forma digital designado, podría aprender algunas cosas de cualquiera de los dos. Incluso a respetar a los obreros que llegan a dirigentes, sin pasar por una universidad con apoyos de catedráticos amiguetes, que insulto.

No se engañen, al tipo se le da una higa el pensamiento de Carrillo o de Frutos. Lo que le importa es preservar la joseantoniana tesis de las dos orillas que, como observarán si no les produce arcadas la entrevista que les he puesto, es lo único que salva de la historia de la izquierda reciente. Albertito, el digitalmente designado, presume del único partido en Europa que, sin presentarse en 32 años a unas elecciones, solo es un grupo de presión controlado por amiguetes que están en IU o no, al parecer, según convenga.

No fui de Carrillo ni de Frutos pero si de Nueva Izquierda. O sea, que no solo soy un "restaurador borbónico" sino un traidor a la causa de las dos orillas. Aquí donde Ustedes me ven, a uno siempre le ha molestado que se permitiera gobernar a la derecha o cosas parecidas. Cuestión que según el último balido del último valido no es importante. Lo que importa, según Albertito, el digitalmente seleccionado, es volver al sorpasso de Anguita.

Dice el nuevo iluminado, por la cuadra de Roures financiado, para hacerle el juego a los que ni son de izquierdas ni de derechas, que estuvo a punto de producirse aquel sorpasso. Ser joven no exime de ignorancia. Habla de aquel tiempo en que IU perdió la mayor mayoría de que nunca dispuso por jugar con pinzas y dos orillas y quedó reducida a escombros. Excelente, lo de recuperar el sorpasso.

No me extraña que el último valido no conozca la historia de la izquierda europea, como no la conocían los asesores de Anguita: sorpasso era ver a Berlinguer muriendo y ganándole a la derecha, por primera vez, desde la guerra fría. Pero eso son categorías políticas que no dan para una tertulia.

Es mejor un balido del valido, pagado por Roures, que contar la verdad.