Los andaluces no son pueblo, ea

Constatado. Tras la lectura de brillantes criterios diseminados en la plazas donde los de la nueva política reflexionan, no cabe otra conclusión: no han sido derrotados por error alguno sino por culpa del pueblo, popular, andaluz.

Ese pueblo, que barbaridad, ha votado, pásmense, corrupción. Bueno, podría recordarse que el PP ganó en los municipios Gürtel de la Comunidad de Madrid o que los catalanes votaron sin empacho a los del 3% y los legados en Andorra.  Pero, claro, estos son pueblos libres y no como esos andaluces de voto cautivo.

Podría recordarse que en Madrid y Cataluña las pensiones de todo tipo superan el 6% de la población activa. Pero no comparemos magnitudes; madrileños y catalanes son gente ilustrada y no como ese analfabeto pueblo andaluz, que, con la excepción de los que votan el cambio, ni estudia, ni lee, ni escribe como todo el mundo sabe.

Hay más sesudos argumentos teñidos de demografía. Un experto, en plaza popular popular, afirma que los andaluces y andaluzas mayores de 65 años son, mire Usté muchos. Olvida el opinante de la adecuada plaza popular que la proporción de mayores de 65 años es superior en Madrid o en Cataluña. Pero claro, estos, siendo yayoflautas, si son pueblo.

Concluido el argumentario, les ahorro argumentos de sumisión, paletismo y sesudos argumentos similares, solo cabe concluir, por lo tanto, lo que se afirmaba al principio: Andalucía no es pueblo, es casta, como quien le gobierna.

Naturalmente, a nadie de los opinantes de las sesudas plazas se les ha pasado por la cabeza que, a lo mejor, la agenda de los pueblos no la hacen la Sexta, los tuiteros, los movimientos sociales radicales o los que convocan a ocupar hoy el cielo y mañana un edificio vacío.

Las agendas de los pueblos las hacen los pueblos a su aire y tiene que ver con necesidades colectivas. Seguro que podría encontrar en Pérdidos, serie según el profeta apropiada para sociatas, alguna cita adecuada. Pero siendo amantes las fuerzas del cambio de Juego de Tronos no dejaré de citar el texto que me pasa la asesora en literaturas raras de este blog:  “ El pueblo llano cuando reza pide lluvia, hijos sanos y un verano que no acabe jamás. No les importa que los grandes señores jueguen al juego de tronos, mientras a ellos les dejen en paz…pero nunca les dejan en paz”.

Intuyo que las fuerzas del cambio, a golpe de agendas de rabia e ira que no son las del pueblo (las que tienen que ver con la economía, por cierto) han pretendido embroncar casi todo lo que tenemos delante, cosa que gusta a la clase media cabreada pero que igual no forma parte de la agenda del pueblo…que aspira a que sus representantes, porque el pueblo quiere representantes, les dejen en paz.

Tampoco los de la agenda del cambio, tan dados al populismo, han sido capaces de competir con el más eficaz populismo de la campaña, aprendido de toda cultura nacionalista que se precie: si te metes conmigo te metes con Andalucía, gritaba la candidata socialista, mientras uno buscaba cañas de pescar, otra clamaba que su tierra era viejuna y el último estaba pero sin estar como avergonzándose de ser andaluces y asesorándose de catalanes, opacos gestores federales o consultores bolivarianos. Todo muy andaluz y muy identitario.

Pero no me crean tan raro argumento. EL PSOE que la mayoría vota es casta, y cuanto más se diga más elecciones irán ganando y mas alejados parecerán de su tierra los respectivos voceros . Los andaluces y andaluzas no son pueblo, de hecho si se leen los gritos en las plazas populares vienen a ser mafia.

Los que han perdido son los magníficos. Y para demostrarlo, al día siguiente, dicen lo mismo que antes de perder porque somos asi: con los que no son pueblo, a la cárcel con todos.