23-F(iccional)

A todos y todas que estábamos en las sedes de nuestros partidos, protegimos documentos y transmitimos las consignas de nuestros dirigentes.

A todos y todas los que asumieron la dirección de nuestros partidos cuando los liderazgos habían sido secuestrados.

A mi padre y a mi madre que escondieron mis papeles y temieron por mi durante horas.

A todos y todas los que en ciudades pequeñas y medianas sufrieron durante horas el hostigamiento del fascismo residual.

A todos y todas aquellos que ni nos fugamos, ni nos escondimos.

A mi amigo Chema Campos, comunista y soldado de reemplazo, que movilizado lloró en la noche valenciana. A todos los soldados de reemplazo que fueron movilizados.

A los periodistas que asumieron con honor su profesión: contar lo que pasó.

A todas las instituciones, y digo todas, que cumplieron con su deber.

A la madre de mi hija recién nacida que la protegió durante el miedo.

Todos y todas sabed que no era teatro. Sabed que aquello nos hizo mejores. Sabed que nadie podrá hacer irrelevante nuestro compromiso.

Pero, sobre todo, sabed y entended el devastador efecto del populismo sobre la historia: su devaluación, su relativismo. Para el populismo, disfrazado de periodismo, no importa la verdad ni el dolor que sostiene el avance de los pueblos: importa el espectáculo.

Por eso, el escenario vacío de la perorata posterior al evento. El que pone el escenario es el dueño del espectáculo: y el espectáculo, es el profeta.

Sabed y entended que la venganza de los que nunca lucharon es devaluar el esfuerzo de los que lo hicieron. Sabed que la nuestra es reivindicar el valor de lo que hicimos.

Anoche, cuando el populista de turno convertía a los políticos de la transición en polichinelas de sus ambiciones y la extrema derecha carcajeaba.

Anoche, cuando los antaños profetas del pacto y la transición, ahora portavoces de la crisis total, le faltaban al respeto a sus compañeros y a si mismos.

Anoche, cuando Jordi Évole descontextualizaba hasta el rídiculo lo que en el fondo era el resumen de décadas de dolor y sufrimiento.

Anoche, vosotros y vosotras supisteis cual es, en verdad el secreto del 23-F: la fuerza de nuestras ideas.

Que os den, Jordi y corifeos. Que os den.