Hacernos pobres y orden social.


Es la consigna del PP. Queda reducir las cuotas patronales y la reforma penal: dos mañanas de Viernes.

Antes de la moneda única, para hacernos pobres, bastaba con una devaluación que dejara nuestro patrimonio y nuestra capacidad de compra hecha unos zorros; a cambio, se suponía que podíamos exportar más y se encarecían las importaciones.

¿Cómo lograr lo mismo con moneda única? Se lo anuncié aquí cuando me atreví a glosar unas palabritas de la Señora Copedal: Subir impuestos indirectos nos hace más pobres, reduce nuestro consumo y, por lo tanto, nuestras importaciones ¿Cómo mejorar el asunto de exportar? Pues, bajando salarios, a golpe de reforma laboral y, ya puestos, perdonándole las cuotas patronales a la Seguridad Social a los empresarios.

Ya han anunciado la subida del IVA, con objeto de que los que tengan para consumir anticipen su consumo y legalicen su dinero negro. Al año que viene “ivazo” y reducción de cuotas. Ingeniería para la competitividad que, como alguna vez les he dicho, es palabra poética para jorobar a los trabajadores, pero nada que ver con la productividad que tiene que ver con inversión, innovación, organización y gestión.

Cosa evidente es que, en contexto recesivo, hacernos más pobres ahondará la recesión y provocará más recortes y la gente se irá a la plazas, cosa que la derecha no puede permitir porque para bien puestos los nuestros, no vaya a parecer que estamos intervenidos cual griegos. O sea, que sindicalistas al trullo.

Reconozcamos que algo anda mal cuando los sindicalistas van a la cárcel (libertad inmediata, reclamo) en lugar de trasegar por las empresas, recuerda aquellos viejos tiempos en los que reclamar un derecho era cosa de masones y comunistas, por un poner. Pero, el orden es el orden, y el centrado Gallardón se pondrá a la tarea en cuanto reciba la orden oportuna.

Mientras la derecha dirige la mayor operación de venganza histórica contra el estado del bienestar y de derecho que se recuerda, ninguna de las medidas económicas funciona. Los bancos han desaparecido del mapa, con un 60% del crédito inmobiliario en provisión de dudosos, sin recursos para dar crédito ni posibilidades para echarle una mano al gobierno con la deuda.

Eso si, el mejor regulador del mundo, el que ha permitido ante sus ojos que se deshiciera el sistema financiero, sigue cobrando su millonario sueldo y agitando la revisión reaccionaria de nuestra economía, porque él lo vale y porque él nunca fue responsable de nada.

Nos freirán a impuestos, nos llevarán a la cárcel con más frecuencia, se acabarán los subsidios y acabaremos de destrozar el país.

Pero eso si: seremos paraíso neoliberal, faltaría más. República bananera para que nuestros hijos mejor formados les pongan copas a los jubilados alemanes o trabajen en tiendas compradas por los chinos (dignas cosas ambas, aunque algo excesivas para el capital humano mejor formada de la historia).

Ser pobres y orden social...mira que suena a antiguo: 1923, por no ponerlo peor.