Me perdonen pero es la única religión que practico: Bruce saca disco y yo voy a la plegaria.
Dice Bruce que "tenemos que cuidarnos de nosotros mismos". Es lo que tiene la sintonía espiritual: es lo que yo pensaba tras las renuncias de la socialdemocracia de la penúltima vía y el acceso al gobierno de los legionarios del egoísmo. La compañía de discos no ha sido muy generosa y se guarda todas las canciones menos una; pero sabemos que Bruce cantará " el dinero fácil estropeo mi ciudad" y " a tomar por culo todos los negocios". Ciertamente, para un roquero que nunca ha cantado un " fuck you" es todo un cabreo.
Que quieren que les diga; Bruce si indigna pero yo ya ando en la fase de pensar en la venganza. Que lo sepan: Roma no paga a traidores y la historia no aguanta cabrones. Y ya empiezo a tener la tentación de ponerme a hacer la lista porque uno rencoroso no es pero memoria un fascal.
Los primeros son los que abusan de las personas y el poder; los que falsean la verdad; los que denuncian en falso y atemorizan; los que se esconden tras la policía; los de la doble moral. De estos que emponzoñan la tierra hablare otro día.
Los segundos son los idiotas especializados. Un periodista de El faro y guía de Occidente, sagaz, descubrió que ese treintañero fumador,informalmente vestido, que hacia guardia en el portal era un agente de Standard and Poor´s
Seguramente el tipo viste así para pasar desapercibido. El chaval para proteger a su madre es probable que le haya dicho que trabaja de pianista en un burdel o de periodista que, al parecer, es la misma cosa con el objeto de esconder la oprobiosa realidad: es un agente especulador, odiado por todo el mundo, señalado por las esquinas de las calles.
El periodista les llama "hombres sin piedad"; Javier Ayuso les ha llamado “Toshers”, sinistros personajes londinenses que se enriquecían buscando tesoros en las cloacas del sistema urbano. Yo prefiero la expresión de Helmud Smicht: imbéciles especializados. El ex presidente alemán los definía como “grupo de jóvenes en manga de camisa siempre con los oídos puestos en el ultimo rumor para comprar y vender dólares”.
Cambien historia por rumor, dólares por deuda y tendrán una imagen veraz de unos analistas que no analizan nada, que se amparan en el secreto de su empresa, no se someten a los reguladores ni al escrutinio ético o profesional de nadie. Tengo dicho que, tarde o temprano, estas agencias caerán como toda la basura que limpiará esta crisis, los estados soberanos se vengarán con nuevas formas de certificación pero estos especialistas se trasladarán a otro negocio del mismo modo que llegaron a este procedentes de otras burbujas.
Hay varias formas incruentas de acabar con los idiotas especializados: la primera cerrar su negocio, regulando un nuevo sistema de certificación; la segunda, la que propongo impulsar es cambiar los programas de formación de las facultades de economía: ya que debemos tener trabajadores especializados logremos al menos que no sean imbéciles.
Es preciso concluir con el autismo social de los economistas. Es preciso que aprendan, y lleven consigo para toda su vida, el contexto: no hay guateque gratis; si alguien disfruta es que otros están sufriendo. Reparar esta ausencia de responsabilidad social de quienes trabajan en la noria económica es una exquisita forma, créanme, de venganza.
Dice Bruce que "tenemos que cuidarnos de nosotros mismos". Es lo que tiene la sintonía espiritual: es lo que yo pensaba tras las renuncias de la socialdemocracia de la penúltima vía y el acceso al gobierno de los legionarios del egoísmo. La compañía de discos no ha sido muy generosa y se guarda todas las canciones menos una; pero sabemos que Bruce cantará " el dinero fácil estropeo mi ciudad" y " a tomar por culo todos los negocios". Ciertamente, para un roquero que nunca ha cantado un " fuck you" es todo un cabreo.
Que quieren que les diga; Bruce si indigna pero yo ya ando en la fase de pensar en la venganza. Que lo sepan: Roma no paga a traidores y la historia no aguanta cabrones. Y ya empiezo a tener la tentación de ponerme a hacer la lista porque uno rencoroso no es pero memoria un fascal.
Los primeros son los que abusan de las personas y el poder; los que falsean la verdad; los que denuncian en falso y atemorizan; los que se esconden tras la policía; los de la doble moral. De estos que emponzoñan la tierra hablare otro día.
Los segundos son los idiotas especializados. Un periodista de El faro y guía de Occidente, sagaz, descubrió que ese treintañero fumador,informalmente vestido, que hacia guardia en el portal era un agente de Standard and Poor´s
Seguramente el tipo viste así para pasar desapercibido. El chaval para proteger a su madre es probable que le haya dicho que trabaja de pianista en un burdel o de periodista que, al parecer, es la misma cosa con el objeto de esconder la oprobiosa realidad: es un agente especulador, odiado por todo el mundo, señalado por las esquinas de las calles.
El periodista les llama "hombres sin piedad"; Javier Ayuso les ha llamado “Toshers”, sinistros personajes londinenses que se enriquecían buscando tesoros en las cloacas del sistema urbano. Yo prefiero la expresión de Helmud Smicht: imbéciles especializados. El ex presidente alemán los definía como “grupo de jóvenes en manga de camisa siempre con los oídos puestos en el ultimo rumor para comprar y vender dólares”.
Cambien historia por rumor, dólares por deuda y tendrán una imagen veraz de unos analistas que no analizan nada, que se amparan en el secreto de su empresa, no se someten a los reguladores ni al escrutinio ético o profesional de nadie. Tengo dicho que, tarde o temprano, estas agencias caerán como toda la basura que limpiará esta crisis, los estados soberanos se vengarán con nuevas formas de certificación pero estos especialistas se trasladarán a otro negocio del mismo modo que llegaron a este procedentes de otras burbujas.
Hay varias formas incruentas de acabar con los idiotas especializados: la primera cerrar su negocio, regulando un nuevo sistema de certificación; la segunda, la que propongo impulsar es cambiar los programas de formación de las facultades de economía: ya que debemos tener trabajadores especializados logremos al menos que no sean imbéciles.
Es preciso concluir con el autismo social de los economistas. Es preciso que aprendan, y lleven consigo para toda su vida, el contexto: no hay guateque gratis; si alguien disfruta es que otros están sufriendo. Reparar esta ausencia de responsabilidad social de quienes trabajan en la noria económica es una exquisita forma, créanme, de venganza.