Consumatum est.

No le echen la culpa a los mercados, a golpes de estado del poder financiero ni a nada por el estilo. Hemos sido nosotros y nosotras con nuestro soberano cuajo; las quejas al maestro armero. Ahora me dirán que con otra Ley no habría mayoría del PP; genial argumento: así gobernaría con Duran i Lleida lo que me tranquiliza una barbaridad.

Así, de golpe, se me ocurren cinco palpitos que les cuento,

1.- Los ciudadanos y ciudadanas, por activa - votando- o por pasiva – votantes socialistas que desisten- han dado un poder notablemente absoluto al PP. A corto, Rajoy no tiene más que un camino: preparar un programita de recortes adicionales de unos 14.000 millones, mientras negocia liquidez con la Merkel, vía créditos bilaterales o intervención del BCE. La cosa de la prima no pinta nada bien, y los halcones europeos del ajuste aprovecharán para vueltitas de tuerca.

Dicho sea de paso, que la izquierda derrotada y trastabillada sonría con esas alegres peticiones “tuiteras” de dimisión solo amplia la capa de frivolidad de que se cubren las derrotas.

2.- Zapatero lo ha conseguido: el peor resultado de la historia de su partido. No han sido los mercados, ni la crisis: han sido sus votantes. Y tengo para mí que por mucho tiempo. Ningún socialista ha salido a responsabilizarse y pedir disculpas. Lo de “en Febrero toca congreso ordinario” es un mal chiste que retrata definitivamente al personaje. Que a Andalucía, antaño afamada patria del socialismo realmente existente, y al socialismo vasco le queden dos días en el poder no ayuda a reconstruir partido precisamente.

El socialismo de la penúltima vía, devenido en derecha, disfrazado de socialdemócrata, necesita de pausada refundación y de una política que no se construye en dos días. En realidad sin un cambio de generación directiva parece bastante improbable recuperar algo de credibilidad, por mucho que aparecerán listas de candidatables todos ellos y ellas derrotados. Tampoco parece muy creíble su futura tarea de oposición.

3.- El PSOE ha perdido 15 puntos e Izquierda Unida solo captura 3. Así que no es para morirse de éxito. La izquierda verdadera recoge seiscientos mil votos socialistas pero, obviamente, no constituye una referencia para la mayoría que han permanecido en su casa.

En consecuencia, el concepto de izquierda convergente o convergida, que nunca se sabe si acaba esto de reunirse con uno mismo, debiera dar paso quizá a un nuevo proceso como el que dio origen a IU. Una refundación a modo de frente de izquierdas que no de la espalda al perfil socialdemócrata que puede resultar necesario en próximos comicios.

4.- Digamos claramente que la Ley D´Hondt es tan injusta hoy como hace treinta y cuatro años y con esa injustísima Ley todos los que han obtenido escaño han obtenido siempre buenos resultados. La prima nacionalista que incluye el sistema, y que tanto irrita, es una circunstancia deseada – incluso por lo que representa IU- aunque todo el mundo mira al techo.

Existen múltiples formas de hacer el sistema más proporcional, desde la proporcionalidad pura hasta la modificación de las circunscripciones. No veo a la derecha ni al PSOE, diga lo que diga, cambiando a proporcionalidad y si les veo intentando colar en el debate la elección directa del Alcalde, por un poner. Obviamente, sin cambio electoral habrá déficit de calidad democrática y creciente demanda social.

5.- Por enésima vez la propuesta verde se queda fuera. Quizá no es esta, por mucho que nos empeñemos, tierra para discursos postmaterialistas y el perfil de izquierda no debiera haberse ignorado con la alegría de apuntarse a ser del medio. Desde luego, no era este el momento para tal alegría. Quizá fuera más útil disponerse a participar en alguno de esos frentes que necesariamente deberán abrirse como espacio de colaboración política y social.

Amaiur es el dato que algunos necesitaban para entender que la paz debe ser políticamente gestionada. También, dada la mayoría PP y los resultados de nacionalistas vascos y catalanes, tenderá a radicalizar a estos últimos, salvo que en las autonómicas el PP se haga necesario en esos ámbitos.

No creo, francamente, que lo de UPyD represente nada nuevo, más allá del oportunismo clientelar que caracteriza el personalismo de su lideresa y de los cargos públicos obtenidos. Una formación del tipo “todo aprovecha para el convento”, desde la extrema derecha a los socialistas de derecha que no quieren votar PP, parece una estrecha mira política. Eso no quiere decir que no sea recipiente útil para expresar opinión de minorías pero no creo que vaya más allá de propuestas mas bien conservadoras, desideologizadas y prepolíticas.