Inocente, inocente: llegan las subidas de precios.

Los inocentes; que mejor día para hacer colección de subidas de precios. Yo ya os tenía avisados y avisadas así que no me ponga nadie cara de sorpresa. Excelente día para informar al usuario que, efectivamente, viene a ponérsele cara de tonto.

Véase que la tasa armonizada interanual de inflación anda por el 2,2%. O sea, que por encima de eso ya vamos perdiendo dinero. La luz, un 9,8%; el gas 3,9%; viajar en AVE o en cercanías, el 3.1 y el 2,3.

Alegrémonos pues de que nuestras grandes empresas nos vacíen los bolsillos una vez más. Estemos contentos de pagar dos veces las inversiones en las centrales eléctricas; sonriamos ante la subida del cercanías. Nada mejor que estas subidas para que la patria camine por la correcta senda de las reformas, por el monarca demandadas.

Naturalmente, en una economía de mercado el gobierno no puede hacer nada, pero nada. Por supuesto que Pepiño puede inaugurar líneas de tren pero ni por asomo debe impedir que las tarifas suban. Puede nuestro Ministro de Industria favorito chalanear hoy con el carbón, mañana con las renovables, pasado con lo que sea, pero ni por asomo negarles a las eléctricas que cubran el afamado déficit tarifario.

Las cosas, muchachos y muchachas, son como son: bajamos los salarios; bajamos el salario mínimo; congelamos las pensiones pero el libre mercado nos obliga a permitir que suban los precios. De todo punto patriótico y progresista, a pesar de las ilusas voces que, como las que escucháis aquí, pretenden llevaros por el camino del antipatriotismo y la sedición.

No es vuestra cara de inocentes ni de tontos. Para nada: es cara de responsables ciudadanos financiadores de las cuentas de explotación de las empresas que garantizan el provenir patrio.