Alberto se la juega al Patriota.

Tu mano derecha que está limpita pide un crédito y le compra a tu mano izquierda lo que tienes en ella. Tu te quedas la pela; al vigilante de que las manos izquierdas no se endeuden se le pone cara de tonto y los demás nos reímos una hartá. Sobretodo, cuando sabemos que una de las empresas de la vigilante de que las manos izquierdas no se endeuden está de acuerdo con que, ahora, mande tu mano derecha.

Alberto le vende las acciones del Matadero, cosa que además es sucia, a otra empresa suya que se endeuda y le pasa 190 millones al Alcalde. Se salta con alegría la prohibición de endeudarse.

O Gallardon es muy listo, listísimo. O la Viceministra es torpe, torpísima. O las dos cosas al tiempo. A uno, que queréis que diga, que una institución se ponga a hacer ingeniería financiera como si fuera un sujeto del mercado ese al que tanto amamos me gusta. Que la derecha le tome el pelo al gobierno me gusta menos, aunque en realidad, si los mercados, la Unión Europea, los bancos, Marruecos y la mitad del orbe le ha tomado el pelo al Gobierno, pues uno más tampoco es para tanto.

Obviamente, Gallardón no es un patriota. Poniéndole trampas al bueno de José Luís que limita la deuda municipal para que los mercados vean que Él va en serio. Que no le hagan ni caso no es la cosa. La cosa es que estos terroristas económicos de la derecha están boicoteando esta magnífica política económica que nos llevará al paraíso de la la prosperidad y el futuro. El cuando, y con cuantos heridos, es lo de menos camaradas, no os pongáis pejigueros.

Escuchando al áureo líder de la patria he llegado a la conclusión de que tampoco soy muy patriota porque creo que los bancos no nos han dicho toda la verdad; que los 35 estos de la gran reunión tienen tantas trampas como los que no van; que vamos a peor diga lo que diga la Vice de economía y creo que a los que juegan contra nuestra deuda es tendríamos que haber puesto un impuesto hace una década. O sea, que no doy confianza a los mercados ni de coña.

La jugarreta de Gallardón es sólo la muestra visible de las “cositas” que están haciendo los Ayuntamientos desde que la burbuja les dejó sin ingresos y el estado sin posibilidad de acceder a recursos. Ahora vendrá la Vice a revisar leyes, criterios, a levantar la voz y demás para evitar que el cotarro autonómico y local siga la senda del munícipe madrileño. Bonito debate y bonitos votos que se llevará Don Alberto, experto en financiación creativa, como se recordará de cuando financió con endeudamiento no autorizado por la Unión Europea unos kilómetros de Metro de ná.

Háganse, señoras y señores unas risas, observen de soslayo a los mercados y piensen, piensen la cara que se le habrá quedado al ZP y la Vice después de haber hecho los machotes en La Moncloa. Que venganza más poética: 190 millones de euros.