Vimos como alicataban las cuevas de Alibabá con nuestros impuestos; esperábamos que los usureros nos los devolvieran en créditos. Pero ello se quedaron nuestros impuestos y nosotros sin sus créditos.
Vimos la mayor transferencia de dinero público de la historia al sector financiero; esperábamos una regulación del mercado. Pero se han quedado con los recursos y los desregulados aun no regulados usan los dineros públicos para devaluar nuestras monedas.
Vimos que los especuladores estan en disposición de seguir especulando; esperábamos que pagaran parte de lo que habían provocado; pero se quedaron con su patrimonio y nosotros pagamos más IVA.
Vimos como desaparecía un sector entero de nuestra economía; esperábamos que algo lo sustituyera. Pero el sector privado sigue desaparecido y nos han recortado la inversión pública.
Vimos como salían del agujero indemnes; esperábamos que las nuevas reglas respetaran a los trabajadores. Pero se han quedado con las reglas de siempre y nosotros nos hemos quedado sin negociación colectiva y con los derechos laborales en el alero.
Vimos como los dineros de todos tapaban los agujeros de unos pocos; esperábamos que nos permitieran llegar a final de mes sin agujeros. Se siguen llevando la pela pero nosotros nos quedamos sin salarios.
Vimos como la crisis que otros forjaron caía sobre nosotros; esperábamos que los más débiles de los nuestros salieran indemnes. La crisis sigue sobre nosotros y nuestros y nuestras pensionistas, desempleados y dependientes han debido poner también su bolsa.
Vimos como nos anunciaban que cambiaría el planeta; esperábamos que al menos no empeorará lo nuestro. Pero el premio Nobel preventivo ha llamado para pedir ajustes; o sea, para un elogio fúnebre también preventivo, me temo.
Vimos como se exigían respuestas globales; esperábamos cierta presencia europea. Pero siguen haciendo falta respuestas globales y nuestra presidencia ni está ni se le espera.
Vimos como se politiqueaba con la crisis; esperábamos que se nos dijera la verdad. Se sigue politiqueando y hemos descubierto que nos han mentido.
Corololario: que nadie me diga que viene la derecha.
Otro corolario: no me preocupa ni el constitucional, ni el estatuto, ni la ley de libertad religiosa ni cualquiera otra cumbre o zarandaja que se les ocurra para distraerme
O sea, que tengo diez razones y dos corolarios para que se abran.
Vimos la mayor transferencia de dinero público de la historia al sector financiero; esperábamos una regulación del mercado. Pero se han quedado con los recursos y los desregulados aun no regulados usan los dineros públicos para devaluar nuestras monedas.
Vimos que los especuladores estan en disposición de seguir especulando; esperábamos que pagaran parte de lo que habían provocado; pero se quedaron con su patrimonio y nosotros pagamos más IVA.
Vimos como desaparecía un sector entero de nuestra economía; esperábamos que algo lo sustituyera. Pero el sector privado sigue desaparecido y nos han recortado la inversión pública.
Vimos como salían del agujero indemnes; esperábamos que las nuevas reglas respetaran a los trabajadores. Pero se han quedado con las reglas de siempre y nosotros nos hemos quedado sin negociación colectiva y con los derechos laborales en el alero.
Vimos como los dineros de todos tapaban los agujeros de unos pocos; esperábamos que nos permitieran llegar a final de mes sin agujeros. Se siguen llevando la pela pero nosotros nos quedamos sin salarios.
Vimos como la crisis que otros forjaron caía sobre nosotros; esperábamos que los más débiles de los nuestros salieran indemnes. La crisis sigue sobre nosotros y nuestros y nuestras pensionistas, desempleados y dependientes han debido poner también su bolsa.
Vimos como nos anunciaban que cambiaría el planeta; esperábamos que al menos no empeorará lo nuestro. Pero el premio Nobel preventivo ha llamado para pedir ajustes; o sea, para un elogio fúnebre también preventivo, me temo.
Vimos como se exigían respuestas globales; esperábamos cierta presencia europea. Pero siguen haciendo falta respuestas globales y nuestra presidencia ni está ni se le espera.
Vimos como se politiqueaba con la crisis; esperábamos que se nos dijera la verdad. Se sigue politiqueando y hemos descubierto que nos han mentido.
Corololario: que nadie me diga que viene la derecha.
Otro corolario: no me preocupa ni el constitucional, ni el estatuto, ni la ley de libertad religiosa ni cualquiera otra cumbre o zarandaja que se les ocurra para distraerme
O sea, que tengo diez razones y dos corolarios para que se abran.