¿Ya hemos salvado a los ricos?

Estoy preocupado. ¿Habremos hecho lo suficiente? Conocéis mi solidaria preocupación por los ricos. Aunque excomulgado hace años sin necesidad de obispos gritones, nada tan humano como dedicar el domingo a los que sufren y nadie como los ricos atraviesan el calvario de la crisis con tanta agonía. Por eso vacilo ante las innumerables noticias de que hemos superado la crisis.

No me preocupan esos pequeños datos irrelevantes que os ocupan. Que siguen despidiendo las empresas, incluso las que dan beneficios; que las rentas familiares se deterioran hasta debilitar extraordinariamente el consumo; que las fuentes tradicionales de riqueza patria se han desmoronado, el turismo por un poner. Estas cosas no tienen nada que ver con la superación de la crisis. Ya se sabe que esas son cosas de mortales que no entendemos que de los ricos depende nuestro glorioso futuro.

Europa ha salido en el tercer trimestre de la recesión. Después de cinco trimestres seguidos de retroceso, el PIB de la zona euro ha mejorado en el verano. En España no. Pero no debemos torcer el morrillo o protestar ya que ha sido culpa nuestra, y no de los especuladores, la banca o la permisividad de sucesivos gobiernos. Culpa nuestra por demandar tipos de interés baratos y casas para todos lo que provocó una mayor sensibilidad de nuestro tejido productivo a la crisis.

Nosotros no lo notamos pero al parecer los ricos van mejorando su difícil situación. Ya pueden empezar a pensar los banqueros en nuevos bonos anuales; ya pueden imaginar los directores de Cajas cuantiosas prejubilaciones y más cuantiosos despidos. Las encíclicas dominicales color salmón ya hablan de cómo será nuestra vida tras su salida de la crisis. Pequeños comentarios sobre que el empleo y el deterioro de la calidad de vida persistirán un par de años no pueden estropearnos tan excelente noticia. Estamos salvando a los ricos.

Pero estoy preocupado. ¿Será suficiente? Creo que deberíamos hacer un esfuerzo adicional. Sabéis que no basta con darles peces (dinero público, nuestros impuestos recién subidos) es necesario enseñarles a pescar. Ya lo hicimos en los ochenta, gracias a Felipe González y sus notables ministros: una reconversión industrial y un poquito de imaginación en el mercado de trabajo.

Reconversión, reforma laboral, dos años más de desempleo, preparamos alguna contratación precaria nueva, subimos los tipos de interés para que los ricos ganen algún dinerillo invirtiendo…y ya tenemos burbuja nueva. Es que no me habéis “pillao” la estrategia

Vosotros y vosotras mosqueadillos con esto de la negociación social y no entendéis la importancia de reconvertir, de ser imaginativos con el empleo. No entendéis la importancia de la paz social. Ya lo dijo MAFO y yo os lo comenté: al dinero no le gusta el ruido. Chist; no me molestéis a los ricos; no me los hagáis sufrir; salvemos a los ricos, salvemos a los ricos...