¿Evento o concepto?

En otra ocasión he glosado esta nueva idea de la comunicación en la que “ el evento es el concepto”. Cosa que debo repetir, al hilo del tan comentado mitin dominical de José Luís. Naturalmente, me atrevo a pedir perdón si en algún momento de mi comentario coincido, válgame el cielo, con los antipatriotas y reaccionarios de la derecha…si esa coincidencia funesta se produce tendré, naturalmente, que abandonar patria, progresía y reflexión.

A los clientes que me pagan por mis consejos en comunicación (una parte de los ingresos que reúno para pagar los impuestos que Pepiño nos puso a los ricos) suelo aconsejarles cierta coherencia entre el mensaje y el escenario.

No es por ponerme teórico pero si el cómo sustituye al qué, si el evento se apodera de la idea se perderá definitivamente el mensaje. Me temo que eso le ha pasado a José Luis.

El día que nos anuncia un glorioso futuro sostenible lo hace rodeado de prosapia tan excesiva como efímera (que es como se sabe lo contrario de sostenible). El día que nos anuncia (por tercera o cuarta vez) el fin de la crisis pero el alargamiento del sufrimiento en forma de desempleo, pasea por alfombra roja símbolo de un éxito y celebración de algo que los oyentes (ajenos a la cosa de la causa) no han percibido.

Cuando se quiere comunicar a un montón de gente nuevos procesos, nuevas estructuras, nuevos sistemas, el show debe basarse, precisamente, en la ruptura con la imaginería anterior. Debe perseguirse la sensibilización de la organización antes que la eclesial, dominical y arzobispal entronización.

El teatro es, sin duda, un excelente método de comunicar valores. Pero hay una notable diferencia entre la actuación y la creación de un marco incomparable. La diferencia es, precisamente, la que va del proceso a su final. Prematuro diseño de evento vengo a creer.

Lo que resulta sorprendente es la pérdida de capacidad critica del universo socialista que no han vacilado en poner de vuelta y media a quienes entre sus filas opinan, más o menos, lo que aquí se dice. En un muy recomendable blog se puede leer la controversia interna y la desesperanza que la falta de tolerancia produce en la militancia política.

Si entiendo bien el debate, quienes no estamos de acuerdo con la imagen del mitin somos de derechas y unos antiguos ya que, al parecer, la innovación reside en la alfombra roja y, más aún, debemos entender el escenario del evento de manera progresista: o sea, alfombra roja para todos y todas. La socialización de la alfombra como base de la sostenibilidad. Va a ser que no hemos pillado el concepto.