…”cagüen”, que orgulloso estoy de mi banco…

Me vais a llamar paranoico pero dejadme que os pregunte: ¿nunca os ha parecido que una mañana todo conspira para tocaros los cojones? (u ovarios que, a estos efectos, la pieza anatómica es irrelevante). Pues eso me ha pasado hoy a mí: les ha dado a todos por hablar de economía.

Así que, de evento en evento, han sumado una falacia tras otra, sin empacho alguno. José Luís ha afirmado que ya hemos entrado en crecimiento. Por supuesto, él conoce cosas que los humildes mortales ignoramos. Pero la cosa es que de ahí a dar por iniciada la recuperación parece un nuevo alarde de presuntuosa profecía. Rajoy, para no ser menos, parece que también ha levitado ante un brote verde. Pero los que molan, los que me ponen como ninguno, son mis jefes de banco central favoritos Trichet y MAFO.

Trichet, el pope del banco europeo, que no tenía otra cosa que hacer hoy, se ha venido a predicar buenas nuevas que me permito traduciros por si se os escapa el lenguaje de funcionario de Bruselas. Ha dicho que “la flexibilidad salarial tendrá que ser más amplia" (o sea, que nada de negociación colectiva, ni convenios, ya sabéis) y deberá producirse “una reforma de los servicios” (más Bolkestein, o sea liberalización de los servicios públicos).

Miguel Angel Fernandez Ordoñez, el pope del Banco de España, además de agitar su coctelera de reformas estructurales ha insistido en que “el crédito tendrá un ritmo de expansión cada vez más exiguo e incluso negativo” de lo que no deduzco yo que cooperen mucho a la recuperación e incluso no se yo en que momento de la historia económica de España se ha producido recuperación sin aumento de crédito.

Entonces, en ese punto en el que estoy a punto de estallar, va Trichet y dice que los bancos españoles son: "fuente de fuerza y orgullo nacional". Y ahí ya me cabreo, definitivamente, que queréis que os diga.

El pasado jueves me toco reunirme con banqueros locales de la Ciudad donde vivo. La idea de los convocantes era presionar un poquito a ver si soltaban alguna pela al personal. No parecen dispuestos o carecen de toda sensibilidad sobre lo que esta pasando. Según ellos, la responsabilidad de la ausencia de crédito no está en que se hayan gastado los dineros públicos en pagar sus deudas sino en que las empresas y los ciudadanos y ciudadanas no presentamos bien los papeles y no entendemos nuestros elevados riesgos. Fetén.

O sea; que ahí andan los unos y los otros danzando de evento en evento sin dar una sola idea de cómo salir de esta sin que paguen el pato y sufran los de siempre. Pero eso si, de orgullo, sobrados.

Pues ná. Yo que soy muy europeo, tras mandarle bombones al banquero que me quita las tarjetas de crédito en cuanto me retraso un día en el pago, que niega toda línea de descuento, crédito u operación que mis amigos, colegas o yo le proponemos, me pongo a gritar viva la banca española y lo que haga falta. Total, más ridículo ya no se notará.

Joder que tropa, os lo tengo dicho.