Un tal Gómez convoca campaña electoral en Madrid.

Perturbador. Ando orillado en la piscinera sombra dominical, combatiendo el julio, leyendo el diario, elucidando si fue expulsión o fue golpe, descubriendo que un redactor de El País puede detectar la opinión de una nación sin encuesta alguna. Quehaceres todos ellos más agotadores que combatir el calor.

Compruebo que los muñidores del Faro y guía de occidente consideran que el orden adecuado es, primero, criticar al depuesto y, al día siguiente, condenar el golpe. Compartiendo cierto pavor ético con los Señores Hugo Martinez, “Rafa de Hortaleza” y tantos otros, paso páginas y ahí está: un tal Gómez afirma que “Estamos en campaña electoral”.

Cometo dos errores: hacer la cuenta y descubrir que aún faltan dos años para votar y buscar, infructuosamente, en dos páginas enteras del “Faro y guía de occidente la palabra “paro”, “ayudas a los parados”, “política fiscal”. Hace años que aprendí, cosa de mi trabajo, que cuando uno convoca campaña antes de tiempo es por dos razones: porque se ignora su existencia y para que el ruido de campaña oculte los vacíos de la formación.

Cosas ambas que viene a decir el tal Gómez al reconocer que él y los suyos deben darse a conocer (si se le conociera ya no sería el tal Gómez, cosa que siendo la primera fuerza de oposición y alternativa de gobierno viene a ser penoso). También, al decir que la política que han hecho hasta ahora no vale. Y cuando creo que el hombre, atribulado, va a dimitir leo su autoproclamación como candidato y el inicio de la campaña.

Resulta hoy, que no ayer, que la judicialización de la política, el desprecio institucional, el anuncio de rebajas fiscales y cosas así no forman parte de las políticas progresistas. Ahora, como estamos en campaña, hay que llamar a la cultura del “no a la guerra, del 0,7%, de las movidas culturales, ese es la ciudad que hay que volver a despertar".

Y sobretodo hay que ponerse blanditos contra la Esperanza y parecer responsables. Que dirán los del tal Gómez en mi Ciudad que llevan meses encartelando calles con judiciales fotos y pancartas y organizando aguerridos conflictos institucionales.

Pues uno cree que esa sociedad a la que el tal Gómez convoca hace tiempo que ha articulado su comportamiento horizontalmente, sin convocatorias piramidales de áureos y desconocidos líderes, y no acaba de pillar convocatorias a destiempo con tufillo electoralista evidente. Y viene a ser, más aún, que la ausencia de propuestas ha creado ya un área social “antipolítica” que o pasa o busca su pedazo de sector público, en formaciones de clientela, toda vez que unos cuantos, entre ellos el tal Gómez, lo han reducido a costa de regalos fiscales a unos cuantos.

O sea; que el problema me temo no es empezar la campaña electoral sino hacer política preguntando. Pero no; lo que se lleva es el toque de corneta ideológico contra el PP, llenar las plazas de toros una vez al trimestre , el ser blanditos mientras se espera que la agenda judicial arregle la mitad de la campaña electoral. El tal Gómez al ruido y, mientras tanto, la derecha trajinando.