Los líderes que se resisten al cambio desean ser reelegidos.

Los líderes se resisten al cambio pero, además , se ven sometidos a la humillación de ser evaluados o reelegidos para la tarea que con tan notable eficacia desempeñan. Si eres un líder tu me entenderás y si no lo eres no tienes idea de lo que se te viene encima. Naturalmente, esta es una fictional history y no tiene nada que ver con vuestra experiencia como otras veces os he dicho. Sólo persigo vuestra adecuada formación corporativa.

1.- Si uno es un líder es que lleva muchos años en esto y no va a venir cualquiera a joderle la jubilación. No estamos para aguantar insatisfechos. Un líder que aspira a la reelección debe movilizar a su coalición de gorrones para joderle la vida a candidatos alternativos y tener en ascuas al personal. Esto se llama ponerse a la ofensiva y, naturalmente, el líder nunca ha encargado tal cosa; es… espontáneo, que le quieren a uno o una.

2.- Esto de la energía y lo incansable, tan propio de los carismáticos, es para los nuevos. El líder es eficaz con un par de horas. Así que no molestéis con cuitas cotidianas que él o ella deben pensar y vosotros ocuparos de lo importante: su campaña. No lo debéis estar haciendo bien, o estáis de vacaciones permanentes, por que vuestro líder lleva dos semanas sin salir en los comunicados corporativos con lo ocurrente que él es. Y él ya lo ha dicho a quien debe decírselo y si te lo dice no es para que vayas a presionar a quien debe arreglarlo, faltaría más

3.- Lo importante es el líder; que vosotras o vosotros, que otro manager, naturalmente menos competente y más prescindible, deba ser elegido, no es importante. De hecho, sólo la elección del gran líder garantiza la elección de otros. Ya se sabe que “from lost to the river”; o sea: o yo o nadie. No digáis que eso no es carisma: o os ponéis a elegir al líder ahora mismo o no tenéis futuro. La acción carismática esta clara: hay que moverse.

4.- Hablemos de las nuevas oportunidades que se buscan por la corporación en el trabajo diario. Ese es un error corporativo: todo debe suspenderse cuando de elegir liderazgo áureo se trata. A ver si aprendéis: la diferencia competitiva es el gran líder no el producto que tu construyes ni el manager general. Tácticas, estrategia, múltiples informes: inútil esfuerzo si el líder no preside tal encomienda como él nunca ha dicho en ninguna parte

5.- El líder se pone impaciente porque busca vuestra seguridad. Corre prisa resolver su escenario futuro porque sin él hace tiempo que no tendríais escenario. Sin ese escenario asegurado (es muy importante la palabra escenario) seréis pasto de los adversarios. No os preocupéis de lo vuestro: el líder, como siempre, proveerá (si la cosa no es adversa) o siempre recordará lo hablado (¿qué es lo hablado?: él lo sabe)

6.- No sois hábiles formando alianzas. Pasáis el tiempo utilizando la inteligencia corporativa para que la gente de la organización se sienta protagonista. Pero esos, esos a los que dais cariño, no aprecian a vuestro líder. Los traidores os embaucan; afrontad la verdad y guerread con la traición porque el líder debe ser elegido.

(Además de mi estudio de las corporaciones es que ayer comí con un amigo que me habló de su líder. ¿Qué le dije?: date por jodido. Estos seis puntos van dedicados a los que aguantan y aguantarán a líderes fundamentales. Ah! Qué os habéis sentido interpretados…cómo sois)