De la Vega nos pone un impuesto para salvar a las privadas.

Es que Jose Luis y Maria Teresa son unos hippies; ahí lo tenéis: han expulsado al mercado de la televisión pública; con un par. Ahora tendremos una tele sin publicidad ( y sin futbol, sin motos, sin estrenos). Qué hermoso, una tele de calidad, ya que con el dinero público sólo se hará producción propia magnífica, entretenimiento creativo, naturalmente.

Estoy a punto de entusiasmarme; así que lo pensaré dos veces; mejor tres. Pasaremos del asunto ideológico: eso de que lo público perjudica a la iniciativa privada es pelín reaccionario; pero a estas alturas no vamos a escandalizarnos.

Pensemos un poco más: los quinientos millones de euros los tienen que poner las televisiones privadas y las operadoras telefónicas que ya han anunciado que lo cargarán en la factura. O sea; que lo pagamos los ciudadanos y ciudadanas consumidores de telefonía: oye; esto se parece a un impuesto indirecto o a un canon sobre nuestro consumo.

Se me ocurre que la desaparición del mercado de dos cadenas producirá una tendencia a la concentración de oferta y, según todas las leyes económicas, el encarecimiento de las tarifas publicitarias (con menor eficacia al reducirse los impactos), lo que tendrá, por una parte, el efecto de expulsión de buen número de empresas y, por otra, el de favorecer a un segmento del mercado.

Me surge una duda malvada. Si a la concentración de recursos apuntada se añaden la prohibición de usar los recursos del presupuesto de la cadena pública para la compra de retransmisiones deportivas, que las retrasmisiones fundamentales están en manos de la Sexta, que se observa que el gobierno ha impulsado un acuerdo sobre el futbol entre Mediapro y Sogecable y permitido una TDT deportiva, ilegal y de pago en la Sexta…¿No estará Doña Maria Teresa pensando en una fusión de la Sexta y Canal Plus?

Esto es; reflexionado tres veces el asunto vengo a creer que esto es un favor a las privadas como ya me temía yo. Lo que me viene a molestar es que vamos a arreglar el mercado privado de la tele, bastante maltrecho, con 500 millones al año que saldrán de nuestro bolsillo. Pues ya no me parecen tan hippies Jose Luis y Maria Teresa.