Ahora la Medusa Asesina: amenaza al capitalismo.

Ayer nos mataba el tocino; hoy la medusa: se nos rebela la granja, definitivamente; tomadlo como un aviso. El tocino era mejicano; la medusa portuguesa. Es que no hay nada como culpar a los bichos y ponerles nombres que molesten a alguien. La llamada “Carabela Portuguesa” es una medusa que gracias a una pequeña “vela” ha traspasado el estrecho – abandonando su casa- y se ha introducido en el Mediterráneo, como cualquier bañista de puente, a buscar calor.

El Instituto de Oceanografía advierte de que el riesgo es que se quede a vivir aquí, igual no tiene papeles, y crear prole; cosa que tendría, al parecer, graves efectos sobre especies de nuestro querido y vivísimo Mediterráneo que no parece estar ya para estos trotes.

El bicho es pequeño, unos treinta centímetros, pero sus tentáculos pueden llegar a tener unos 30 metros (no; no hablo de Itziar). Produce taquicardia, acentuación de la sudoración, espasmos musculares y dificutades respiratorias: o sea, como un derby. En definitiva, una joya de verano. Claro que si la “carabela portuguesa” viene es por diversas razones desde la ruptura de la cadena alimentaria ,ya no hay predadores que acaben con las medusas, gracias al abuso pesquero, hasta el cambio de temperatura de los mares y estas cosas que se saben.

Naturalmente hay sesudísimos estudios que certifican que esta rebelión de la naturaleza se debe a los desmanes contra ella cometidos. Pero empiezo yo a dudar si no será esto una parábola de las amenazas al refundado capitalismo: ignoradas, despreciadas o minúsculas entidades (sean tocinos o medusas) de cualquier arrabal de la globalización ponen en jaque a los sistemas del occidente civilizado.

Como argumento científico no se sostiene pero como parábola de víspera de Primero de Mayo reconocedme que no está mal. En fin. Advertidos quedáis si sois uno de esos cinco millones que se van al mar a pasar el puente o a navegar este verano..

Yo, aquí os dejo que tengo un apretado programa obrero: mañana, vermú después de que concluya el cortejo; el sabado, voy a mi “misa” anual (el clásico en el Bernabeu) y el domingo, habrá que descansar. Oyes, mientras la clase obrera me lleva al paraiso,algo habrá que hacer.