Dios existe; no sé cual, pero te regala maravillosos días como este donde la “carcajá” corre por los patios cordobeses, las plateas de los medios, las tertulias sevillanas, los mentideros madrileños y, por supuesto, por la tertulias de la radio. Intuyo que en IU se carcajean menos, pero es lo que tiene la cosa, y ya se sabe que de humor andan justos.
Es que es “pa” echar unas risas. Rosita, la niña, la portavoz del Califa; la que quería ser califa en lugar del califa; la que mandaba y reía cuando Rejón le regalaba pinzas a Arenas; la que mandaba cuando “el interés general” de Alcaraz y Cascos; la que miraba al techo cuando la x del GAL; la portavoz parlamentaria cuando el Califa tonteaba con Aznar y Pedro J; la guardiana de todas las esencias hasta que no le dejaron mandar.
Esa, la que nos expulsó porque defendíamos sólo “la convergencia de la izquierda” frente a la derecha…esa, que sancionó a diputados por votar con los sindicatos… esa que no permitía que los autores de informes los firmaran, es Consejera socialista en el Gobierno Andaluz, en movimiento continuo, sin haberse ido, en traslado (o transfuguismo) fugaz. Hagamos unas risas, chicos y chicas, que os veo muy tensos con la cosa.
Oiga; la chica hace bien si cree sinceramente en lo que hace. Yo por eso de irse a un gobierno o a otro partido no la criticaré, y eso que no me he ido a ninguno, como la mayoría de los que por la chica fuimos expulsados, que tampoco soy tan raro.
Si ella cree que Griñán, antaño portavoz del “felipismo” laboral, Rosa dixit, es hoy líder áureo y renovador de Andalucía; si cree que es hoy el Presidente que cambiará el mundo, adelante. Si ella cree que es el gobierno que “dejará volar” a las ideas de izquierda, frente a tanto socialista y socialtraidor por ahí suelto, pues la chica está en su cosa de hacer lo que le venga en gana.
Cierto es que podría haberse ido de su partido un par de días antes de pillar gobierno, la cosa del decoro es importante. O podría haber abierto un debate sobre algún cambio político en su formación, en lugar de ser la que está pero no está, pero acaba estando con todos y si todos no me llaman no voy.
Cierto es que debiera pedir perdón a los que nunca dijeron que el “felipismo”, expresión política de cuando la chica era portavoz del Califa, era el gobierno al que irse pero fueron, por la chica y el Califa, expulsados. Cierto es, en suma, como alguna vez os he dicho, que nulla esthetica sine ethica y, en cosa de la estética, esto huele mal pero que muy mal.
Pero nada; por si, para España y la Humanidad ahí tenemos a Rosa “pa” inaugurar obras y pantanos; algunos sufriréis pero otros nos estamos riendo una “harta”.
Es que es “pa” echar unas risas. Rosita, la niña, la portavoz del Califa; la que quería ser califa en lugar del califa; la que mandaba y reía cuando Rejón le regalaba pinzas a Arenas; la que mandaba cuando “el interés general” de Alcaraz y Cascos; la que miraba al techo cuando la x del GAL; la portavoz parlamentaria cuando el Califa tonteaba con Aznar y Pedro J; la guardiana de todas las esencias hasta que no le dejaron mandar.
Esa, la que nos expulsó porque defendíamos sólo “la convergencia de la izquierda” frente a la derecha…esa, que sancionó a diputados por votar con los sindicatos… esa que no permitía que los autores de informes los firmaran, es Consejera socialista en el Gobierno Andaluz, en movimiento continuo, sin haberse ido, en traslado (o transfuguismo) fugaz. Hagamos unas risas, chicos y chicas, que os veo muy tensos con la cosa.
Oiga; la chica hace bien si cree sinceramente en lo que hace. Yo por eso de irse a un gobierno o a otro partido no la criticaré, y eso que no me he ido a ninguno, como la mayoría de los que por la chica fuimos expulsados, que tampoco soy tan raro.
Si ella cree que Griñán, antaño portavoz del “felipismo” laboral, Rosa dixit, es hoy líder áureo y renovador de Andalucía; si cree que es hoy el Presidente que cambiará el mundo, adelante. Si ella cree que es el gobierno que “dejará volar” a las ideas de izquierda, frente a tanto socialista y socialtraidor por ahí suelto, pues la chica está en su cosa de hacer lo que le venga en gana.
Cierto es que podría haberse ido de su partido un par de días antes de pillar gobierno, la cosa del decoro es importante. O podría haber abierto un debate sobre algún cambio político en su formación, en lugar de ser la que está pero no está, pero acaba estando con todos y si todos no me llaman no voy.
Cierto es que debiera pedir perdón a los que nunca dijeron que el “felipismo”, expresión política de cuando la chica era portavoz del Califa, era el gobierno al que irse pero fueron, por la chica y el Califa, expulsados. Cierto es, en suma, como alguna vez os he dicho, que nulla esthetica sine ethica y, en cosa de la estética, esto huele mal pero que muy mal.
Pero nada; por si, para España y la Humanidad ahí tenemos a Rosa “pa” inaugurar obras y pantanos; algunos sufriréis pero otros nos estamos riendo una “harta”.