4 Millones: yo, aquí, creando alarmismo.

Es que este blog pasa a ser, por lo leído y escuchado, de un antipatriota y un alarmista.
El miércoles pasado dijo el Ministro de Empleo, en el Congreso, que “los que crean alarmismo son los que hablan de 4 millones de parados”. El viernes se público la cifra. Como no soy tonto doy por hecho que mintió y que el Ministro conocía, sobradamente, los números de la EPA. El pasado 8 de Febrero el Ministro afirmaba: “que no llegaremos a los cuatro millones por el conjunto de medidas adoptadas en estos meses”.
Pues bien. Aquí estamos con 4 millones de parados, que naturalmente son una ficción, con un ministro que no dice nada, desaparecido en combate; que, salvo endurecer la política de inmigración, no se le conoce idea alguna; que ha sido incapaz de muñir acuerdo social de ninguna clase, formular una propusta o, naturalmente, conocer la realidad en la que vive. O sea, que ¿por qué no dimite?
No sólo es que el mercado de trabajo fuera volátil, que lo era; que estuviera lleno de empleo sin derechos que lo estaba; que campara el contrato de porquería, con salario de porquería, que campaba; que el desempleo sin protección superara tasas insoportables, que las superaba. Lo gordo, lo extremadamente grave es que la cifra era conocida entre pasividad, sonrisas y las frases de profeta del gobierno y sus ministros.
Sorprendidos y sobrepasados se declaran unos y otros por la rapidez del asunto. Que pregunten a los banqueros a los que entregaron la pasta; los que no dan un ICO ni de broma, los que han cancelado líneas de crédito; los que han dejado a la gente tirada. A las grandes empresas a las que el Gobierno no bliga a cumplir las condicions del famoso fondo municipal. Y cuando no obtengan más respuesta que el cinismo que vengan a pedirnos sacrificio, que no seamos alarmistas y que aplaudamos como pingüinos.
La situación es fruto de un diagnóstico errado; de unas medidas que no tienen nada que ver con la realidad española; con un modelo productivo que ha erosionado la vida de las familias hasta dejarlas exangües y sin respuesta alguna.
La situación es fruto de paquetes de medidas copiados, tarde y mal, de países con una estructura productiva distinta a la de España. Los banqueros andaban jodidos; pero la crisis era de la economía real. Así estamos: con la economía real hecha trizas y los bancos menos jodidos que antes.
Las crisis se han resuelto históricamente cuando las familias consumen y las empresas se endeudan para que las familias consuman. Eso es España porque nadie ha querido cambiarla. Así que cualquier dinero público que no vaya a eso es inútil. Se cambiaron ministros y dejaron a Sebastián (que hace subir el pan cuando habla) y a Corbacho (que no dice ni hace nada): quién sepa porqué que lo cuente
Aquí ando, con cabreo y creando alarmismo, naturalmente.