Paraguas, paraguas…

Leo que los socialistas de Tres Cantos se han enfadado; últimamente los socialistas madrileños se enfadan casi todos los días. El motivo, esta vez, es que el Consistorio se ha gastado cuatro mil euros en paraguas.

Excesivo gasto parece, pero, amigos del PSOE, hay que ser caritativos: con la que está cayendo, los ediles conservadores debieran comprar no ya paraguas sino impermeables, con amplias gorras, y perfumes que alejen de sus cuerpos los abundantes restos que los ventiladores puestos en cada esquina madrileña amenazan con transportar.

Lo que molesta es que no haya paraguas para todos. Ahí no han estado bien los ediles de Tres Cantos. Porque no se les ha visto solidarios, qué aquí hay mucha gente que necesita ser protegida y una institución debe estar atenta a tanta necesidad.

Un paraguas para Rajoy es imprescindible. No sé qué avispado enemigo le habrá montado el coro de esta mañana, donde el líder quedaba desvanecido entre los suplicantes, que anegaban el mensaje y la imagen del líder. Unos expertos en comunicación que ignoran que la solemnidad coral sólo fue inventada para gloria de Dios pero no de los mortales.

Paraguas, definitivamente, para Esperanzita, que ha pasado de liberal lideresa a caballeresa del lado oscuro, que no deja de ampliar odios en la siniestra y en la diestra que no tardarán en aliviar sus anhelos futuros.

Pero paraguas necesita también el Ministro de Justicia. Creerán Ustedes que pienso que irse de farra con un juez que instruye causa política es de juzgado de guardia. Bueno; pues lo pienso, la verdad; pero lo que, en realidad me molesta es saber que un Ministro del Gobierno de la corrección ética y estética, guardián de la biodiversidad y el clima, se dedique a cazar venados. Espero que pase esta tormenta y alguien se lo afee.

Paraguas necesita el Ministro de trabajo y todo el equipo económico que persisten en negar la fatídica cifra de los cuatro millones no en paraguas sino en parados, mientras el rosario de empresas en crisis no cesa de crecer. Paraguas para los sindicatos que andan excedidos en paciencia, mientras Patronal y Banco de España predican reforma laborales.
Paraguas, paraguas… Paraguas para todos y todas, que la que cae es de aúpa