Chicas: Benedicto dice que sois soberbias.

El Vaticano investigando; esta parecía una buena noticia. La ciencia antes que el verbo. ¿Estaría Benedicto cambiando su hoja de ruta? No; falsa alarma: todos los medios publicados hoy lo explican; era una investigación sobre el pecado.
Eso si; gracias a ese imperativo investigador, el secreto de confesión ha caído. No volváis a decir que Benedicto no es un moderno. Hace unos días el jefe de Facebook afirmaba que los datos de los inscritos en la red podrían usarse para análisis demoscópicos. Sin tanta alharaca, el modernísimo Vaticano ha usado los datos del confesionario para analizar rigurosamente como pecamos hombres y mujeres.
¿Cuál será el objetivo de tan profunda investigación? No ha sido declarado; pero ante tanto signo de modernización podríamos imaginar alguno: ¿un catecismo personalizado según el sexo? ¿Una campaña viral de emails a los pecadores según su pecado favorito? ¿Un manual orientativo para predicadores? ¿una campaña de sms; algo así como: eres mujer, cuida tu ira; pásalo?
Ignoro la utilidad de la investigación aunque me cabe alguna duda: ¿habrán pecado los curas que han sometido a los sesudos investigadores de la curia la información obtenida bajo secreto?
Según el estudio del Vaticano, dirigido por un teólogo llamado Giertych y un jesuita que se llama Busa, los hombres cedemos a la lujuria, la gula y la pereza con notable facilidad mientras las mujeres son soberbias, envidiosas e iracundas. Claro que esto ya lo decían los curas de pueblo sin necesidad de teologías ni análisis de marketing.
Lo que resulta sorprendente es que el teólogo ha puesto como ejemplo la observación del comportamiento de curas y monjas en los conventos lo que, sin duda, mejora la investigación, pero perjudica notablemente la reputación de los conventos.
El teólogo afirma que el peor pecado es el de la soberbia – al parecer impide la relación con Dios- . Desde mi punto de vista lo entiendo; siendo como soy dudo que haya otro ser supremo. Pero a lo que íba: el peor pecado es el pecado femenino por excelencia. Ahí está, pues: una investigación que viene a confirmar siglos de experiencia eclesiástica que vosotros y vosotras, descreídos, creías se correspondía con prejuicos nacidos de las sagradas escrituras.
Chicas, lo dice Benedicto: sois unas soberbias.