Toledo o ya no hay cristianos viejos

Hoy domingo, hemos hecho los planes en Toledo: ver sinagoga; paseo; tomar vinos y comida castellana. Bien; apenas frio ni lluvia. Y cuando reflexionamos sobre las culturas conviviendo, tras visitar la Sinagoga de Santa María la Blanca, recuerdo la información publicada día atrás.
Científicos de la Universidad de Leicester (Reino Unido) y la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona han estudiado el cromosoma Y de los ciudadanos peninsulares y de Baleares para llegar a la conclusión de que el 30% de nuestro patrimonio genético no es de cristiano viejo.
Un 10% de la población actual tiene características genéticas propias de los habitantes del norte de África y un 20% de los judíos sefarditas. Los investigadores encontraron que la presencia de genes norteafricanos es mayor en la mitad occidental (León, Salamanca, Zamora...) de la península que en la oriental (Granada). Así que resulta que hay más descendientes de moriscos en la plaza mayor de Salamanca que en el Albaicín granadino.
Lamentablemente, tan relevantes investigadores han incurrido en un grave error de corrección política: no segmentar la muestra por comunidades autónomas. Lo que no nos permite saber si los variados nacionalismos que nos confunden tienen también su naturaleza genética mezclada.
En fin, toda una historia expulsando moros y judíos (también jesuitas pero estos ni tienen genes particulares ni, según los votos, se reproducían) para que no haya genes de cristiano viejo. ¿Veis cuanto esfuerzo histórico inútil?.