El insoportable sufrimiento de ser banquero.

Viramundeando me anima a escribir sobre el branding (las marcas) después de mi incursión en el mundo de la comunicación del viernes. Pero “Vira” esta es mi columna del Domingo. Y el Domingo, como no sabes porque eres una descreída, es día de compasión. Día de que mi texto se preocupe de los que de verdad lo pasan mal en el mundo.

Y cómo vamos a dedicarnos a cosas de consultores diletantes cuando en el mundo ocurren cosas tan graves como las que aquí apunto. El FBI investiga a los banqueros americanos en crisis; en Portugal parece que están a punto de enviar a la cárcel a un banquero recientemente nacionalizado; el Presidente de un banco escocés nacionalizado se ha visto obligado por un accionista, que humillación, a decir “sorry”; el Presidente de Lheman Brothers debe vender el chalet que tiene en las pistas de ski.

El sufrimiento alcanza cotas insoportables. Los gobiernos del G-20 han desmentido en notas conjuntas que una cola de banqueros sin hogar deambule por las ciudades de occidente. Y, al mismo tiempo, han debido pedirles que no se arrojen por los balcones porque, en última instancia, serán nacionalizados, con garantía de salario, naturalmente.

Claro que esto en España no pasa; porqué aquí, como todo el mundo sabe, tenemos el mejor sistema financiero del mundo. Sólo porque sois desconfiados, y queréis contribuir a ampliar la crisis, pensáis y comentáis en tabernas y bares que Zapatero pone ingentes cantidades de euros públicos a disposición de la Banca porque también aquí hay activos contaminados.

En fin, con la discreción que caracteriza a la gente de bien, porque son suaves las formas en el mundo del comercio y no como esas maneras vuestras de ruidosos obreros, las cajas y bancos españoles, han acudido esta semana a pillar la mitad del dinero público que el gobierno ha puesto a su disposición.

Sabemos que han sido 23 entidades financieras pero sus nombres no los sabremos hasta que Solbes los haga públicos dentro de… cuatro meses (sólo los radicales como vosotros y vosotras creen que la transparencia es contar las cosas cuando ocurren).

Las autoridades económicas están preocupadas porque han ido pocos banqueros a la cola del subsidio: al parecer, muchos de ellos se avergüenzan de la caridad pública y creen que si los ven en las colas de estos albergues, los accionistas les penalizarán. Seamos solidarios; guardémosles el secreto. Tened compasión; evitemos esa tentación que recorre el mundo de poner carteles en las calles diciendo “aquí vive un banquero”; tranquilicemos a niños y familias del barrio respetando el derecho al anonimato de estos castigados seres humanos.

Seamos comprensivos. Este personal no sólo no nos concede crédito si lo pedimos; sino que lo están cobrando a un 9%. Y digo yo que si han vendido activos contaminados a Solbes a cambio de dinero al 3%, resulta que van a ganar el 6% del dinero público. Pobre gente, que agobio, no poder subirse las primas, bonos, salarios en más de un 6% al año que viene.
Tenéis la mala costumbre de creer que si estas entidades tienen que vender cédulas hipotecarias y bonos de titulación es porque son activos sobrevalorados y muestra de la asombrosa incompetencia de este negocio en los últimos años. Sois injustos.

La culpa, amigos y amigas, es vuestra: porque si no hubierais querido bajos tipos de interés; si los pobres no hubieran comprado casas a troche y moche, no hubiera habido burbuja. Y así pagáis, con vuestra desconfianza, abandonándolos en estos momentos de tribulación, a quienes no han hecho otra cosa que financiar vuestras caprichosas soluciones habitacionales.

Si; se está haciendo insoportable el sufrimiento. Observados con desconfianza; investigados; sin poder subirse los salarios apenas; condenados a una pobreza inminente; obligados a abandonar jet privados; obligados, por Dios, a decir “Sorry”; sus hijos mirados con pena; los libros de texto afirmando ya que en ese sector no se ejercían buenas prácticas de gestión; casi todo el mundo creyendo que no eran buenos en su trabajo. En fin, aguantando que cualquier indocumentado utilice un blog para pedir que “salvemos a los banqueros” o sugiera que los que vayan al albergue del dinero público deberían ser, inmediatamente, despedidos.