Cuaderno de campaña (V):Ponderación necesaria

Da lo mismo una barriada que un sitio fino, de esos en los que se toma el té a las cinco. Son de la misma estirpe quienes acosan a dos chicas futboleras o matan a una diputada laborista: la de esos valientes que siempre encuentran un motivo para asesinar a una mujer.

Es cierto que cuando las sociedades se polarizan emerge esa gente que contamina toda suerte de pensamiento legítimo. Es, por eso, más cierto que el conflicto, el frentismo y la polarización deben tratarse con tiento.

Toda campaña electoral española tiene dos momentos propicios a la inmoderación: el fin de semana central y la víspera de la reflexión. Se inicia el más crudo fin de semana, precedido eso sí de una epopeya nacional, en forma de batalla contra el turco.

Una vez más enfrentamos " la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes ni esperan ver los venideros", escrito por el incorrecto Cervantes al que, quizá, en nuestras cambiadas ciudades, debiéramos suprimir calle por evidente incitación al odio. Lo moderno es lo moderno, oigan.

Convendría pedir ponderación a los que convierten los mítines en fórmula para soslayar prohibiciones municipales. Al fin y al cabo, usar privilegio político para evadir regulación municipal es lo mismo que usar privilegio municipal para evadir el derecho de la ciudadanía a pantalla de fútbol.

Ponderación convendría a la misma formación que ha empezado a tachar de la lista de Presidentes de Gobierno a candidatos y candidatas seleccionados por su partido que, errados o no, han seleccionado su voluntad política. Quiero decir que más le valdría al Señor Rivera decir que viaja con Sánchez  que provocar al electorado conservador salvo que, también, quiera ser socialdemócrata en lugar de los socialdemócratas, cosa al parecer moderna en los emergentes, aconsejados por los mismos lectores apresurados de encuestas.

No pediré ponderación al más avispado de los consultores bolivarianos, al que corresponde el envidiado mérito de haber encontrado un nicho de mercado bien rentable, pagado por el pueblo. Si debo preguntar al partido que fundó, si le va el tema de la separación de poderes o prefiere un gobierno que "de la orden de detener", cosa que según la perversa y traidora Constitución del Régimen no corresponde al Gobierno.

Es lo que tiene la irá pequeño burguesa, de derechas o populista, nuevo centro o nueva socialdemocracia, que no para en detalles legales. Lo mismo se cisca en un acuerdo municipal que en el estado de derecho.

Uno que nunca ha sido del bipartidismo, añora la ponderación de aquella izquierda que defendía a los suyos y las suyas, respetando la Constitución mientras no pueda cambiarse. Cierto, pertenezco a esa "izquierda del régimen" que el imbécil de Alberto Garzón ha propuesto, ni más ni menos, "depurar", imagino que apoyándose en la Guardia Civil y gulags organizados por el Señor Monedero.

La pena es que, en este frentismo organizado por la Sexta Legión y la política espectáculo, ausente la izquierda real, la vieja socialdemocracia tampoco acaba de encontrar la necesaria ponderación.

Así, vivamos radicales, al fin y al cabo sólo pierden las mujeres ¿No?