Cuaderno de campaña (V): sin prejuicios, dicen.

Puede parecer paradóijco que el hipster defensor de las ballenas que nos presenta el video del PP vote a ese partido. Pero resulta que si lo de derecha e izquierda es una antigualla, todo es verosímil.

Tampoco puede afirmarse que el video pepero sea solo humor electoralero.  En la franja de 25 a 35, el PP tan solo esta un punto por debajo del territorio hispter de Podemos y de 35 a 44, le saca tres puntos. O sea, que, sin prejuicios pero con muchas paradojas, vamos haciendo campaña.

Es paradójico que el candidato de la popularísima Unidad Popular, paradoja en si misma ya que ni es Unidad ni es popular, radicalice sus propuestas para compararse con el juvenil radicalismo de Podemos, cuando resulta que entre 18 y  25 años obtiene sus peores resultados.

Más paradójico es que, en su carrera por alejarse de su electorado, se empeñe en situar, a golpe de tuit, a los cuatro candidatos junto al Presidente de la Patronal, recuperando la cosa de “la misma mierda son”. Un asunto que no solo nadie cree,  sino que viene a sonar a pataleta de un excluido cuya opinión no importa al 97% de la ciudadanía.

Es paradójico que los socialistas caminen preocupados por la clase media aunque nieguen a la clase media lo que demanda: alivio fiscal. Paradójico es que hayan permitido que la clase trabajadora haya desaparecido en campaña y pase a ser carne de subvención antes  que sujeto de actividad,  ya que casi todos los partidos caminan por la senda del asistencialismo.

No se alejan los nuevos profetas de Ciudadanos de la paradoja cuando proponen algo con contenido tan desconocido como “pinchar la burbuja política”, viniendo a a resultar que se anda de Cifuentes a Díaz, sin más criterio que el disfrute del poder cual rendimiento de la usura institucional.

Cuando se camina por la paradoja, ajena al programa y el criterio de los ideales, la campaña deviene en espectáculo, ruido y se llena de tonterías. La del día, cargada de machismo impresentable, corresponde a un tipo del PP de Galapagar que ha calificado de “fondona” a la Sra. Villacid que, por cierto, ha respondido de forma bien hábil que “no es cosa de talla si no de dar la talla”, cosa que obviamente no ha hecho el pepero galapagueño.

Pocos prejuicios tienen los partidos a la hora de debatir, como ha ocurrido hoy en debate pomposamente llamados decisivos, por periodistas cada vez más sobrevalorados, cuando unos desaparecen del debate (por ejemplo, Iglesias), no saben si van por el carril de la izquierda o la derecha (Rivera) o se enroscan en la defensa de las tradicionales siglas (PSOE y PP) sin creatividad alguna. Dicho sea de paso, hay quien se ha preparado el debate (Sanchez y Sáenz).