El populismo fiscal

O que no se cabree la clase media. Son la clase media y media alta sectores sociales muy dados a la ira histórica, el supino cabreo y la venganza contra quien les ha empobrecido. El reformismo es para cuando somos ricos; empobrecidos, barredora y guillotina.

Desde que el renovador "felipismo" nos trajera un modelo de bienestar que redistribuía hacia el medio, la clase media y media alta han sido educadas en rechazar no solo que los banqueros atraparan sus impuestos, sino que estos vayan a los obreros o a mamandurrias de inmigrantes que, mire Usté, un pañal cuesta lo mismo en el barrio Salamanca que en el Pozo.

Henchidas de verdad histórica, la clase media y media alta se aprestan a impulsar el cambio popular, popular. Conviene pues que las candidaturas populares, populares, no cabreen a este personal, más o menos un 35% del electorado, si aspiran a quitárselos a los peperos, socialistas y esa patética izquierda empeñada en universalizar derechos y redistribuciones.

Así pues, dispónganse no solo a ser transversales sino a enfundar cualquier anticapitalismo fundacional, federal y republicano, para hacer propuestas adecuadas al momento de ira justiciera en curso.

Así, mientras el socialismo estatal tiene el cuatrienal ataque de izquierdismo fiscal (sin pasarse: los tipos del IRPF y las deducciones en Sociedades no se tocan), la candidata andaluza promete la conveniente rebaja fiscal.

Así, mientras la renta universal se convierte, primero, en mínima, que parece lo mismo pero no es igual y, luego, en ya veremos si se puede, añadiremos cheques bebe que se pagan igual a las mamás ricas que a las inmigrantes.

Así, compitiendo para ser populares, populares, propondremos complementos salariales para que las empresas de los señores de clase media bajen los salarios y los hijos de las clases medias vuelvan a ser mileuristas, mientras los parados actuales se quedan sin recursos. Afirmaremos, igualmente, que los jubiletas preferentistas deben pagar su experimento especulador para que nos queden pelas para los de enmedio, no se si me entienden.

Así, las derechas que viven en las derechas, competirán por ser liberales, liberales, a golpe de regalo fiscal, ocultando, en falacia escandalosa, que sin regalo fiscal, el recorte social hubiera sido innecesario.

Así, se avecina la gloriosa era en la que los sindicatos o estarán en prisión o no podrán negociar, concertar o cualquiera de esas cosas con las que enredaban para obtener mamandurrias obreras. Vienen los hermosos días en que los impuestos se los quedarán quienes los pagan y se los curran y no quienes nada aportan, que ya les enseñaremos a pescar o a no vivir del los jornales esos del campo, según seamos más o menos populares.

El 30 se convocan los comicios: quedará inaugurado el pantano del populismo fiscal. Si Usted es de la universalización de derechos, la presión fiscal progresiva y la redistribución en escalera, es del viejo régimen. 

Que sus principios no le estropeen el tiempo nuevo en que la clase media y media alta pasarán la escoba fiscal.