No eres un parado

Eres un profesional en transición; repite conmigo: profesional en transición. Nada de parado o parada. Acabo, a modo de utilidad gratuita, como consultor comprometido con sus futuros clientes, de otorgarte un nuevo, profesional y moderno estatus.

No es poca cosa. Parado, parada te remite, faltaría más, a la afirmación de tu condición de subsidiado. Ser profesional en transición te transforma la vida.

A partir de ahora serás "proactivo" a la vez que moderno usuario de redes sociales, personales y profesionales. Naturalmente, de modo súbito, las empresas perseguirán no solo tus habilidades sino la inteligencia emocional que tu nuevo estatutos acredita.

Obviamente, deberás dejar de concurrir al banco del parque o cafetería en la que te encuentras con antiguos colegas que no entienden tu nuevo estatus y también, esto no te costará demasiado trabajo, pasar del asunto de las oficinas de empleo público de cualquier naturaleza. Ponte en manos de asesores, aquí es donde los consultores esperamos obtener rendimiento de tu nuevo estatus, que te guiarán por tu nuevo camino.

Casi todos esos periódicos de papel amarillo que tiendes a odiar, porque era el que leía el tipo que te despidió o el bancario que te abandonó, han dedicado a final de año sesudos reportajes a alertarte sobre la necesidad de tu nuevo estatus; así que haz caso: tantos y tan sabios consejeros no pueden equivocarse.

No es baladí, aquí los consultores tenemos razón, mejorar la actitud, el curriculum, explorar posibilidades con asesores que mejoren la marca personal de uno y lo orienten hacia nuevas habilidades, a través de técnicas que no practican los servicios públicos de empleo, hace años condenados a la irrelevancia.

Lo que resulta gracioso a estas alturas de la película es esa alargada creencia en que cambiarle el nombre a la cosa, cambia la cosa misma y, de paso, tendemos a despreciar la digna condición de la prestación que, en un estado de bienestar, corresponde a desempleados y desempleadas.

El consejo va a destinado a establecer una frontera despiadada entre el parado y parada del montón que detenta habilidades no reciclables y nuevos tipos de desempleado o desempleada de estos días como el profesional, el emprendedor, la persona cualificada, cuyos conocimientos y experiencia han sido trituradas por la crisis.

Así que para dejar de ser irrelevante deberás asumir el nuevo estatus lo que no dejará de suponer algún coste adicional en asesoría, formación, nuevas cualificaciones o inversión en creación de redes personales. Pero eso, sin duda, te separará de cualquier confusión sobre el asunto, porque así demostrarás que has asumido todos los ritos necesarios de tu nueva condición. 

No es poca cosa, amigo y miga mío, tu nueva situación. No todo es nominalismo en este un nuevo mercado para consultores y organizaciones de “coaching” (oigan, todos tenemos que trabajar y lo nuestro siempre ha sido ofrecerle servicios). 

Esta crisis ha cancelado profesiones enteras y, como casi toda experiencia indica, el empleo se encuentra a través de redes personales y no en servicios de empleo (públicos o privados). O sea que parece obligado encontrar nuevas formas y técnicas de buscar empleo.

Así que, amigo, amiga, me vas cambiando la cara, pones aspecto de profesional “transicionándote” de forma imparable y que la suerte te acompañe.