Una semana para matar el euro.

Terapia FMI es lo que nos viene. Recetas latinoamericanas para el que creyera que aquí nunca pasaría eso. Nada de pamplinas europeas.

Europa ha dimitido: el Banco Central Europeo prestará dinero al FMI para que este gestione la ayuda a los países en crisis. En teoría, le traspasa el riesgo (escaso, si hace falta capital los 183 países socios amplían). En la práctica, le traslada la gestión de la crisis.

Ventajas para Alemania: el Banco Central no intervendrá ni necesitará comprar eurobonos; limpieza territorial para el nuevo área de euro fuerte. Las dos velocidades ya existen; prepárense para la tercera. A los países formalmente intervenidos se suma Italia, sujeto de una intervención clandestina, y España en cuanto alguien tome el mando, y toda la zona de ampliación reciente. Los “mercozy” salvarán un euro mínimo y nos dejarán a los demás las terapias del FMI. Verdes las segaron, camaradas.

Europa pagará con una década, más o menos, el pato de la burbuja creada por los que ahora imponen la terapia. China, Usa, Japón, los Emiratos, observan con gracieta la pérdida de reputación europea. Prepárense para la refundación europea, señoras y señores, para el doble discurso conservador de los próximos cinco años: si quieres Europa, apriétate el cinturón que no tienes.

Este ha sido el terrible coste de las políticas de austeridad. Los deudores (que no eran ni los estados ni los ciudadanos, era la banca) nos han trasladado sus problemas, han contaminado las finanzas públicas y nos han responsabilizado del mal.

Los vecinos ricos del norte, los que ya nos hicieron pagar su unificación con crisis del sistema monetario, antes del euro, no han querido subir sus precios (interés, inflación) y nos han obligado a golpe de deflación a bajar los nuestros (salarios, renta, beneficios).

El problema de esta austeridad destructiva es que la competencia por los precios bajos (eso y no otra cosa es la obsesión inflacionista en los mercados) unida al endeudamiento de las empresas y el sistema financiero, hace imposible la recuperación económica: la trampa de la deuda se convierte en el cepo.

Ahora van a refundar el euro. Tienen una semana para matarlo. Los mercados rugen de satisfacción. Van calculando el tipo de usura que aplicarán a los que se queden fuera del club y los demás nos vamos preparando para ser, más o menos, como Túnez, por un poner.

Echemos la culpa a los especuladores, a los banqueros, a los de la burbuja. Pero en realidad nos ha traído aquí la ausencia de liderazgo político y la traición e inutilidad de las veinte mil vías de la socialdemocracia europea y patria, que había prometido contrapesar a los mercados . Ahora que se va, os lo aviso: os pasaréis años mentando a ZP.

Itziar me ha hecho conocer la frase más celebre del Ministro de la Magia: vivimos tiempos oscuros. Pues eso.