Pregunta electoral(X): ¿Se puede votar aterrado?

Son días de irremitible tristeza, y no es culpa del tiempo. Catamos la realidad, vemos que todavía puede ser peor mientras el liderazgo más vano que hemos conocido los europeos se disuelve entre amenazas, elecciones y tomaduras de pelo.

Dicen las reglas democráticas que el voto necesita sosiego; que el conflicto o la violencia no aconseja procesos electorales. Pero hoy la cuestión no es ir a las urnas entre francotiradores o con ejércitos pululando por las calles; la cuestión es: ¿se puede votar aterrado?

Cinco millones de ciudadanos y ciudadanas están privados de futuro; el país pierde riqueza ( y pedazos de soberanía) – que no otra cosa es el recorte de deuda- y sus bancos se preparan para buscar 120.000 millones para pagar las deudas que les vencen el próximo año. Las empresas siguen cerrando, los autónomos desapareciendo. Y aspiramos a que los turistas y los chinos nos compren lo que queda.

Entretanto los hacedores de encuestas anuncian la barrida de la derecha acompañada del estrepitoso hundimiento del PSOE, que saca el peor resultado de la historia, pareciéndome a mí que pasando de cien diputados ya es más de lo que merecen. Se presenta como moderador de la absolutísima mayoría, el Zar del Palace, más conocido como Duran i Lleida. La izquierda que debería crecer considera que si el PSOE pierde doce puntos y ellos ganan tres es una alegría en casa del pobre. Entretanto, los indignados han devenido en okupas. Y todos se preparan para disfrutar el 20N.

Pues eso; que uno esta aterrado por la perspectiva azulona que teñirá el mapa la noche electoral. Pero ni de coña caeré en la trampa de que lo que viene es peor que lo que había porque seguramente no es cierto y, sobretodo, porque ya nos las ingeniaremos para sobrevivir mientras el PSOE dedica un par de años a reflexión interna, mientras espera algún asuntillo judicial o que las cosas vayan peor para ver si recuperan el poder.

Habrá que votar por cumplir el rito biográfico de los que crecimos convencidos de que votar nos da derecho a decidir. Habrá que votar, aterrados y todo, sabiendo que, votemos a quien votemos, vamos a votar el peor liderazgo de nuestra historia, el más vacío de los pensamientos que nunca votamos y, por ende, de lo más frívolo de la historia. Mirad mis lectores a aquel o aquella a quien habéis decidido votar y dadme la razón.

¿Se puede votar estando aterrado? No se debería; pero votemos para que al menos sepan que existimos y se pasen quince días haciéndonos la pelota. Ellos saben que les despreciamos. Ellos fingen que trabajan; nosotros podemos fingir que necesitamos su liderazgo. Al fin y al cabo, no podemos votar a la Merkel; las colonias no votan en Alemania.

Aterrado ando, ya te digo.