No soy obrero y los sobrados motivos para la huelga se reducen en mi caso. Pero en realidad tengo los suficientes: dos. Uno, que me han engañado; dos, que me dejan (a mí y a los míos) sin futuro.
No soy obrero, trabajador es mas moderno, porque, en el desempleo, el INEM nunca me mandó una oferta (claro es que tenía más de 45 y economista o consultor con más de 45 es consultor desaparecido) y me hice empresario autónomo. O sea, un chollete, como todo el mundo sabe. No soy, en consecuencia, obrero pero el cabreo viene a ser similar.
No conozco a los mercados esos que han torcido el pulso de Zapatero que es de torcer fácil y generoso con los poderosos, desde Sarcozy a los banqueros. Son anónimos, desconocidos, esos mercados que a mí no me han hecho nada. Si conozco a los golfos que citan a los mercados para justificar felonías.
Ese ministro, socialista y de izquierdas, que dice como insulto que los trabajadores quieren trabajar menos y ganar más, es un golfo. Es un golfo el gobierno de izquierdas que le pasa las pelas a Alibaba para alicatar las cuevas de la banca y congela pensiones.
Golfo es el que nos amenaza con reducir pensiones. Es un golfo el de la patronal que quiebra empresas con fraude o el hostelero de la patronal que se queda con escuelas madrileñas. Son una pandilla de golfos los liberados políticos (la Espe y sus 1500 liberados a dedo) que satanizan a los liberados sindicales.
Pandilla de golfos, en fin, que nos privan de futuro. Les quitaron el futuro a los jóvenes formados; a los jóvenes con contrato precario. Una generación entera al carajo. Pero,ahora, nos toca a los que ya teníamos menos futuro: a los que caminamos hacia la pensión. Ladrones de tiempo, de futuro; de esperanzas.
Sobran motivos pero tengo dos: mucho golfo y mucho mentiroso.
Empezando por el que prometió nunca hacer lo que ha hecho; siguiendo por los y las que prometieron cambiar el planeta; siguiendo por los ministros que quieren subir la factura de la luz y del teléfono y por las ministras que nos quieren robar Internet.
Pandilla golfos; dicho queda; quedamos en el piquete, al fondo, a la izquierda.
Es que estoy cabreao, ustedes me disculpen el tono
No soy obrero, trabajador es mas moderno, porque, en el desempleo, el INEM nunca me mandó una oferta (claro es que tenía más de 45 y economista o consultor con más de 45 es consultor desaparecido) y me hice empresario autónomo. O sea, un chollete, como todo el mundo sabe. No soy, en consecuencia, obrero pero el cabreo viene a ser similar.
No conozco a los mercados esos que han torcido el pulso de Zapatero que es de torcer fácil y generoso con los poderosos, desde Sarcozy a los banqueros. Son anónimos, desconocidos, esos mercados que a mí no me han hecho nada. Si conozco a los golfos que citan a los mercados para justificar felonías.
Ese ministro, socialista y de izquierdas, que dice como insulto que los trabajadores quieren trabajar menos y ganar más, es un golfo. Es un golfo el gobierno de izquierdas que le pasa las pelas a Alibaba para alicatar las cuevas de la banca y congela pensiones.
Golfo es el que nos amenaza con reducir pensiones. Es un golfo el de la patronal que quiebra empresas con fraude o el hostelero de la patronal que se queda con escuelas madrileñas. Son una pandilla de golfos los liberados políticos (la Espe y sus 1500 liberados a dedo) que satanizan a los liberados sindicales.
Pandilla de golfos, en fin, que nos privan de futuro. Les quitaron el futuro a los jóvenes formados; a los jóvenes con contrato precario. Una generación entera al carajo. Pero,ahora, nos toca a los que ya teníamos menos futuro: a los que caminamos hacia la pensión. Ladrones de tiempo, de futuro; de esperanzas.
Sobran motivos pero tengo dos: mucho golfo y mucho mentiroso.
Empezando por el que prometió nunca hacer lo que ha hecho; siguiendo por los y las que prometieron cambiar el planeta; siguiendo por los ministros que quieren subir la factura de la luz y del teléfono y por las ministras que nos quieren robar Internet.
Pandilla golfos; dicho queda; quedamos en el piquete, al fondo, a la izquierda.
Es que estoy cabreao, ustedes me disculpen el tono