¿Dejarías las noticias en manos de los periódicos?

Yo que soy menos listo y famoso que el tal Keller, ni príncipe ni dentista para entendernos, me pregunto si dejaría las noticias en manos de los periódicos. Ha dicho el director de El New York Times, que “no dejaría el destino de las noticias en manos de Google".

Keller, director del faro y guía del planeta, defiende la estrategia de cobrar las noticias en la Web y se altera con los nuevos medios, anunciando que la delgada línea entre copiar y enlazar acabará llevando a los medios de calidad a los tribunales para defender el negocio.

Uno opina que las noticias nunca tendrán mal futuro. Ahora bien; hay abundancia de indicios de que el negocio de las noticias tal como lo hemos conocido se derrumba incapaz de desarrollar un modelo moderno, alternativo al prebendicio modelo del cuarto poder. Ese modelo según el cual si un periódico se hunde la democracia se hunde pero si quiebra un pintor, un albañil o el autónomo de la esquina es una oportunidad.

Ese es el argumento que ha llevado a regalos y prebendas a medios y periódicos de calidad y culto que no han vacilado en explotar periodistas, prejubilarlos, o gestionar subvenciones mientras se engolfaban en la burbuja inmobiliaria o el perverso mercado publicitario que, como todo el mundo sabe, es indispensable para la democracia y el derecho del consumidor.

Las noticias no tienen mal futuro por que en las páginas y los blogs, la gente cuenta historias y noticias. Periódicos como El New York Times presumen, lean a Keller, de mandar periodistas a elaborar noticias pero resulta que no pueden permitirse el lujo de cubrir historias de barrio que puedan interesar al personal.

Los editores de calidad reclaman para sí un papel fundamental para la democracia: el papel de filtrar la avalancha de información que viene de los aficionados. Por eso pueden despedir periodistas, reclamar ayudas y subvenciones y denunciar a la web: porque la clave no es la información sino controlarla. Cosa del papel fundamental de los faros y guías de occidente para la democracia.

Los entrenadores de la liga universitaria americana han prohibido a sus jugadores que “tuiteen”. La razón de fondo es la pérdida de control de la información. Los jugadores ya han solicitado a sus representantes que estudien los contratos para revelarse a tal medida. En el fondo a los entrenadores de basket les pasa lo mismo que a los medios tradicionales: lo que les molesta, en realidad, es perder el control del mensaje.

La pasada semana en USA, ha sido famosa la historia de una funcionaria, la Señora Sherrod, a la que medios conservadores han acusado, en falso, de racismo contra un blanco. La noticia era falsa pero nadie, incluido el Premio Nobel de la Paz preventivo, se tomo la molestia de comprobarla y la Señora fue despedida. Seguro que se os ocurren veinte ejemplos similares

¿Dejarías las noticias en manos de los periódicos que no comprueban, contrastan, ni contratan periodistas?