Injustos sondeos…uy, uy, viene la derecha, viene la derecha, que miedo, como tiemblo.

Me lo temía: no respetáis nada. Faltan 88 días para que cambie la alineación planetaria, lo prometió Leire, gracias a la conjunción presidencial de los más áureos líderes, y vosotros y vosotras les dais la espalda.

El (y su dama) despreciados en Copenhague; José Luís también; vencidos por un emergente, valgamé el cielo; y por si fuera poco con sondeos que nos los mandan a la oposición cualquier día de estos.

Ya advirtió Pepiño que estaba dispuesto a pagar el coste electoral, pero no hablaba de Él muchachos y muchachas, sino de algún alcalde o cosa parecida. No iba en serio. Chicos, chicas, es Pepiño el que le iba a subir los impuestos a los ricos. No hace falta que le toméis la palabra y a la primera de cambio les dejéis sin votos. El bueno de Obama pierde diez puntos de popularidad en un par de meses y José Luís se pone en la oposición, según las encuestas.

Vuestras exigencias no son patrióticas ni responsables. Ellos están arreglando lo de Afganistán; lo del paro; lo de los piratas y los barcos, lo de Irán, lo de la economía sostenible. Y, mientras tanto, vosotros y vosotras tonteando con los poderosos, ignorando que ellos y ellas están cambiando el mundo y sus reglas para nosotros y nuestra felicidad.

Suben los votos de la Izquierda al doble, dice La Vanguardia, aunque no los escaños (el faro y guía de occidente sólo habla de la derecha). Y también sube la antipolítica, el clientelismo y el "que hay de lo mío" que representa la Rosa Diez. La fuga de Zapatero tiene esas dos dimensiones: la social y la oportunista; mala cosa que Pepiño no pueda ocuparse de lo nuestro y Leire…bueno, Leire ya se ocupa de mamá.

Lo mas sorprendente de los sondeos es la cara de sorpresa que han puesto algunos en el gobierno y sus corifeos. Es que debemos tener cara de pingüinos (ese hermoso animal que pasa frío, no come carne y, además, aplaude) dispuestos a tragarnos cualquier cosita que nos cuente Pepiño en un mitin de descamisado.

Pues a uno le dan ganas de pedir más. Más coste electoral quiero decir. Un coste sin oportunismos (léase Rosa Diez) y con votos a la izquierda que reclama un aliento social a las políticas económicas. Portugal, Alemania, Grecia, unos meses antes Francia, parecen sugerir que esto de ganarles a los poderosos no consiste en poner el intermitente a la izquierda y girar a la derecha.

Ahora, muchachos y muchachas irrespetuosos con los líderes que cambiarán el mundo, ya sabéis lo que viene: el espantajo de la derecha; los gritos para que no dejéis pasar a los fascistas y corruptos – porque, naturalmente, todo fuera del glorioso liderazgo es fascismo y corrupción - y las convocatorias a que escribamos, gritemos y manifestemos el miedo a la caverna, a los facciosos y esas cosas y le hagamos el viaje al voto útil

Yo a lo mío: dando caña al gobierno, más que nada, para que los poderosos esos no se carcajeen de verdad todas las mañanas.