Mentirosillos: me ibais a pagar por esto

El otro día, con la segunda copa que coincidió con el segundo gol de Cristiano, hice un rigurosisimo sondeo de mercado. Según esas cifras, el 75% de mis amigos estarían dispuestos a pagar por leerme. Hermoso panorama; ya veía yo volar vuestras tarjetas hacia el diario micropago cuando la realidad me ha mostrado su cara más dura: me mentíais.

La verdad es dolorosa y los analistas de consumo de Harris interactive la han desvelado para Paid Conted: sólo el cinco por ciento de los usuarios on line estarían dispuestos a seguir pagando. Los resultados para el micropago son desoladores.

Un ocho por ciento seguiría visitando sólo las partes gratis de la página; un doce por ciento dudaría y el 74% se iría con la música a otra parte. Conclusión: si los magnates de la comunicación como Murdoch (el australiano propietario de Sun, Times o la Fox) y otros no tan magnates y más de provincias insisten en el asunto, la cosa irá al fracaso

Un contable recomendará los micropagos, en cuanto pase por un administración de una publicación on line. Un gurú te hará un informe de doscientas páginas (por supuesto no a precio de micropago) que dirá…lo que tu desees. Cualquiera que haya mirado el mercado un par de veces en su vida dirá: cualquier consumidor se negará a pagar lo que ha tenido gratis.

Las cosas son como son: suben de precio, pero no conozco precedentes para pedir dinero por lo que antes se regalaba. Este es el intento de Rupert Murdoch que este sondeo hace saltar por los aires.

Hay otra experiencia que, seguramente, mueve a los consumidores on line: cada vez que alguien ha querido cobrar por algo ha encontrado un proveedor alternativo sin llamativo deterioro de calidad.

Otra cuestión me parece relevante. Los usuarios de Internet parecen haber decidido que la información es un combate. Que las fuentes fiables ya no proceden del autodenominado periodismo de calidad sino de la red de blogs, espacios y medios sociales.

Ciertamente estos recursos no responden a los criterios periodísticos de control de fuentes o veracidad pero parecen ganar crédito cada día. No sólo en la información sino también en la creación de opinión.

Por último, parece que en la red, la marca es reputación (ser leído y citado). ¿Quién citará a alguien que cobra por esa cita? O sea, a más micropago menor reputación

En fin. Si todos somos proveedores; si todos podemos competir generando información y opinión ¿porqué aliarse con los magnates de la comunicación o los medios de los que cada vez se desconfía más? O sea; que me quedo sin negocio o ¿sois de ese cinco por ciento que me pasaría vuestra tarjeta?