Microsoft cierra un blog

Leo en Tiscar.com, y creo que es bueno que se sepa, que Microsoft ha cerrado el Blog de Marcelino Madrigal . Un autor que suele dedicar su esfuerzo, entre otras cosas, a denunciar el uso pernicioso de la red (páginas promotoras de la anorexia o la pederastia han sido objeto de sus denuncias). Este texto de hoy, con la excepción del último párrafo, es tributario prácticamente literal de Tíscar.com
Ha sido una denuncia sobre pederastia la que ha provocado la sorprendente reacción de Microsoft. Resulta que Madrigal ha denunciado, “sin dar datos concretos, aunque sí pistas”, una página alojada en Windows Live con evidente tufillo pederasta que, además de algunas fotos, mantiene como anuncio la solvente frase de “open for everything, special for young ones” (abierto para todo, especialmente para los jóvenes).
Madrigal ha advertido a Microsoft y este ha decidido cerrar el blog del denunciante por contener información que no se corresponde con su código ético. Fantástico se pueden alojar blogs y páginas de tono pederasta pero no denunciar. Es que los burócratas de Microsoft son de lo mejor en esto de gestionar códigos éticos.
Como ha escrito Tiscar “por denunciar públicamente que hay contenidos pedófilos en la red de Windows Live (sin acusaciones directas pero sí con pistas) ... ha sido más fácil matar al mensajero que buscar el matasellos al que apunta”. En esta página se puede encontrar la historia.
Grave es, continua el blog citado, que “ Microsoft no sea capaz de detectar este tipo de “usuarios” cuya actividad con respecto a los menores es pública y fácilmente localizable, sino más aún que se le indique su ubicación y no proceda a borrar su cuenta”
Pues nada que sumemos las practicas de Microsoft a la alucinante gestión ética que los operadores, soportes, alojadores y demás instituciones propietarias de la red vienen haciendo y a la moderna ley del embudo aplicada a la libertad de expresión. Un pichón de vez en cuando, casi siempre alucinante, mientras los gavilanes campan por sus respetos. En fin, pues paciencia.