Ellos son imbéciles pero el dinero era nuestro: (III) Los Refundadores (Primera Parte)

Galbraith escribió un libro donde acababa diciendo “los imbéciles son separados, tarde o temprano, de su dinero”. Lo que uno añade es que, esta vez, el dinero que derrocharon en el casino era nuestro.

En esta serie ya me he referido a otros; hoy, debo referirme a una nueva y abundante especie económica: “los refundadores”. Son tantos y tan abundantes que haré mi reflexión en varias partes para no agotar vuestra paciencia. Debo avisaros que, aunque no lo creáis, todos ellos andaban por el casino cuando se fundieron nuestra pasta.

Como se sabe, la Unión Europea está desaparecida. No preocuparse; no existiendo Europa, disponemos de abundantes candidatos a liderazgo. Ser un líder refundador sólo requiere audacia, imaginación y la adecuada verborrea. Seguidme por este camino, amigos y amigas, y haré de vosotros nuevos líderes europeos.

No hace muchos días se reunieron Sarcozy, Merkel y Blair. Tomad nota por que ellos y ella son la voz de la refundación, los faros que iluminarán nuestro camino.

Ahora que todo ha fallado, y ellos y ella se apropian de vuestras palabras de siempre, que no se os suba el triunfo a la cabeza. Que os quede claro: “el anticapitalismo es para un rato; la crisis del capitalismo financiero no es la crisis del capitalismo”. “Lo que tenemos que hacer es moralizarlo para no destruirlo”. He aquí, amigos y amigas, la verdadera lucha de clases: entre los emprendedores (el capitalista bueno y moral) y los financieros (esos ladrones irresponsables).

Es sencillo. Odiad al capitalismo financiero (que como aprenderéis enseguida es separable del capitalismo); llamad irresponsables a quiénes se aprovecharon de él (si sois seguidores de algún Obispo podéis llamarlos también inmorales).

Debéis gritar Viva, cada vez que alguien hable de revitalización de la política o de la intervención del estado. Y cuando más de derechas sea quien lo dice más entusiasmo debemos mostrar, porque los marxistas ya no son banqueros sino presidentes de Gobierno. Hasta el Papa, tras oír a Rouco declarar inmoral al capitalismo (financiero, claro), ha corrido a comprar la última edición de El Capital que quedaba en Roma (se rumoreaba que en un sótano de Botteghe Oscure había otra, pero Veltroni lo ha desmentido).

Blair lo explico claramente en París: “Bill Clinton y yo fuimos demasiado lejos corrigiendo el excedente de estado”. No; no corráis a constituir un partido anticapitalista para Blair. Repetid conmigo la letanía : ! Regulación; Regulación!

Y entonces serás refundador, hijo mío