Estrés 2.0

Desde Linkedin me llega la recomendación de leer una entrada del blog de Shaon que lleva por título stress 2.0. Lo describe como un estado mental o de tensión emocional resultante de la utilización de la tecnología, a causa de su uso o de dejar inacabadas tareas para atender a los múltiples cachivaches que usamos en estos tiempos.

Sostiene el blog, cuyo título es algo así como “abrumadoramente adicto a la informática”, que si hay Web 2.0 tiene que haber una patología de estrés asociada a ella.

Y justo cuando estoy pensando en ello, una persona de mi equipo me solicita en el Skype, suena el móvil corporativo, Itziar me envía un sms por el teléfono personal y el Outlook avisa de la llegada del correo electrónico que esperaba. Y eso en los minutos que yo había previsto dedicar al blog antes de ponerme a trabajar…

Así que hago lo que una persona de mi generación hace en estos casos: apagarlo todo, ponerme una copita de buen vino, dejar pasar el tiempo y planificar mis minutos siguientes. Mientras lo hago tomo una decisión: este año, en lugar de incluir en mis cursos el tema de gestión del tiempo prepararé uno de gestión del tiempo tecnológico.

Móviles, Pdas, portátiles, mensajería instantánea, blogs, redes sociales juegan un papel sustancial en nuestra organización vital y profesional y tienen como característica la disciplina en su uso: si no los alimentamos, desaparecemos. Incluso la reputación en las redes parece, a veces, basarse más en el número de contactos que en su calidad.

O sea que los medios tecnológicos se han convertido tanto en los vehículos de los “ladrones de tiempo” como en generadores de “sobrepresión” que, debido a la movilidad, no dudamos en trasladar con nosotros en el bolsillo, de cañas y, por dios, al restaurante. Por otra parte, tanta herramienta, aplicación y variedad de interfaces tienden a hacer más importante su uso que su utilidad.

Como decíamos antes de la red, la “sobreinformación” puede ahogar la calidad del mensaje; de aquí a la frustración. Y, a lo peor, del estrés 2.0 a la depre 2.0. O sea, chicos y chicas, hay que cuidarse y planificarse.