Cautela 2.0: crisis y amor.

Como mis lectores saben, y si no se lo cuento, los franceses suelen presumir de ser el centro de todo y los demás tardamos aproximadamente una década en descubrir que no es cierto. (“siempre nos quedará Paris” se refería solamente, creedme, a la memoria amorosa de Rick).

Viene esto a cuento de que en Paris se ha celebrado la quinta reunión de “La WEB” que, en su edición 2008, ha reunido a todo el mundo de la nueva economía: 1700 participantes de 170 países. Las crónicas periodísticas del evento son algo contradictorias.

Por cierto, por favor, cuéntenle a Ramoncín y la SGAE que Paolo Coelho ha afirmado (lo juro) “que las descargas en internet no le han hecho perder ventas”. Lo ha dicho en los debates centrales del encuentro dedicados… “al amor”. No; no es que hayan hablado de las páginas porno; sino de cómo las redes sociales se pueden usar para la cosa amorosa o del éxito del Match.com relacionando parejas

La impresión que uno saca es que esto estaba preparado antes del pinchazo de la burbuja, como dice Le Monde, pero que en el interior del encuentro ha nacido la cautela post crisis. Los fanáticos y fanáticas de la red interactiva se han lanzado, al parecer, al realismo y se han vuelto más racionales, más cautelosos y más gestores.
No cabe pesimismo sobre esta tecnología. Con crisis o sin ella, es evidente que la nueva red se ha vulgarizado, dicho sea en términos positivos y por lo tanto de negocio, incluso para los consultores en comunicación. Lo que el sector privado y público ha enseñado en París es que no sólo se entiende mejor sino que se entiende la potencialidad para cualquier organización (también las empresas) de un blog, la imagen en la red, la red social, etcétera.

Pero los viejos “roqueros” del asunto ya padecieron la crisis del 2000 (la de las puntocom - la anterior burbuja-) y han empezado a transmitir en esta crisis más cautela. Consideran que el valor de las empresas y recursos más relevantes están bajando notablemente y, también, que el trasvase de los medios tradicionales a los medios “on line” se produce pero no en la medida esperada. ¿Deberíamos aprender nosotros algo de esa prudencia?
Vivimos en una economía en crisis donde ya no llegarán financieros con inversiones o vendedores con clientes. Este es el reto. La crisis no se llevará la 2.0 como forma de hacer. Pero sospecho que irá más despacio. Especialmente en España, donde la estructura empresarial apenas había recogido el mensaje. Toca cautela, me parece que han sugerido en París, mientras hablaban del amor.