Es coherente. A la política del tuit y la política espectáculo, le
corresponde el catálogo para pedir un voto.
Nada tan coherente para la política de principios flexibles como
un catálogo. Si es Usted comunista podrá escoger una banca pública en la
sección de cocinas, porque lo de cocinar es lo que gusta al nuevo comunismo.
Un viejo socialdemócrata podrá elegir el aumento de pensiones en
la sección salones. Si eres nuevo socialdemócrata podrás encontrar lo de las
rentas mínimas en la sección de despachos, que ya se sabe es lo que mola a
Pablo, como el propio catálogo muestra.
Incluso si eres un capitalista compasivo, con mas de centro
católico que de rojo, puedes optar por lo
de la economía del bien común.
No importa la filosofía del asunto, ni siquiera su coherencia.
Basta apuntarse a uno u otro de los principios reunidos en el catálogo. De
hecho, el catálogo es también una forma de definir un nuevo gobierno. Como su
propio nombre indica, el catálogo es un elenco de opciones: quiere decir que
uno no compra todo el catálogo sino que elige algo. Es una buena idea de gobierno:
todo no puede hacerse, seleccionemos algo que hacer, pero de diseño.
Puede ocurrir que como el catálogo responde a la comunicación del pijerío urbano, lo que
viene a ser un hipster, algunas señales parezcan equívocas, pero eso es por que
Ustedes son unos antiguos y antiguas.
Por ejemplo, es probable que un agricultor no acabe de pillar que
la imagen de la agricultura estable sea la un jubilado con un tiesto en una
cocina, aunque el pejiguero agrícola que tal piense será un viejo
socialdemócrata, con toda seguridad.
Tocanarices habrán, probablemente de esos pequeñoburgeses de
centro que han estudiado fuera y van de listos anaranjados, que considere que
la imagen de la innovación no es precisamente un lavavajillas, qué sabrán
ellos.
Igual habrá en la Izquierda Unida de la de antes, llena de
peligrosos pitufos gruñones, que no comprenda que la imagen correspondiente a
la propuesta de la gestión sostenible del agua se base en un botijo.
Será un carca, seguro, ese o esa que no vea claro que un general de la OTAN es
la mejor imagen de referencia de los autónomos.
Pero, amigas y amigos, es coherente, es coherente: el diseño para rentas de novecientos euros al mes, que es lo que el programa catálogo propone en definitiva, es para lo que da.
Nada como el diseño uniforme para hijos e hijas aparentes de clases medias, para igualarnos a todos y todas. Es que no acabáis de pillar el concepto.