Sorpasso: respeto o chanza

El sorpasso iba del PCI y Democracia Cristiana; cosa seria. Iba de Berlinguer, palabras mayores. Iba de romper el mapa que la política de bloques diseñó para Italia, un cambio real de sistema. Iba de lo que decía Italo Calvino: acabar con la bonanza antillana en la que se había convertido la política italiana.

Se merece la historia de la izquierda un respeto. Se merece que no se convierta en astracanada lo que generaciones enteras de luchadores por la democracia, el cambio y la izquierda persiguieron durante décadas. 

Se merece un respeto que lo consiguieran el día que el cerebro de Enrico estalló literalmente, en una plaza de Padua. Explicaba, precisamente, que el Sorpasso,  “la alternativa democrática” se basaba en el encuentro plural de las fuerzas de progreso. 

El sorpasso no iba de ajuste de cuentas en la izquierda. No iba de ser socialdemócrata en lugar de los socialdemócratas. No iba de sillas, ni sillones. No iba de construir alternativa sobre liderazgo sino sobre la propuesta.

La historia se convirtió en broma aquel día que Anguita necesitó una teoría que justificara pinzas y demás arrebolados encuentros con Aznar y Pedro J. para regenerar la democracia y fumigarse a González. Acudió raudo el prestamista de conceptos, acostumbrado a pillar las ideas de los demás, el camarada Monereo y susurró: sorpasso. Naturalmente, no lo hubo

La historia se convierte en chanza justo cuando el mismo afamado teórico de la copia y el plagio le vende la moto a la muchachada antes del cambio, ahora de las vicepresidencias. Sorpasso, se susurra de nuevo, para ser socialdemócrata en lugar de los socialdemócratas; para ser gobierno en lugar del gobierno; para barrer la historia e inventar la historieta.

Cuando el sorpasso se convierte en ajuste de cuentas en la izquierda, gana la derecha. Lo dice la historia, lo dice la lectura de la ley electoral. Una alternativa de cambio, lo ha dicho la ciudadanía, solo debía y podía ser plural. Sorpasso significa ausencia de pluralidad, porque significa veto, ajuste de cuentas, ira sectaria.

Alternativas para ganar no se construyen robándole votos a los socialistas, no muy sobrados de ellos, para que engañarse. Las alternativas se construyen el día en que las fuerzas del cambio movilizan electorados ajenos. Eso ya lo hemos aprendido por estos lares y algún teórico que mirara hacia adentro podría sustituir bromas y chanzas históricas por razonables propuestas.

El sorpasso es rara enfermedad; una vez que se contrae retorna irremediablemente a ofuscar las mentes de la izquierda, no importa que hayan fracasos anteriores. ¿Por qué? Porque siempre hay alguna venganza pendiente. ¿Por qué le llaman sorpasso cuando quieren decir ajuste de cuentas?