Cuaderno de campaña (XIV): el Ciudadano que no ama a las mujeres.

Hay candidatos que mejor están callados. En el mejor de los casos, debieran limitarse a leer el argumentario que disciplinadamente envía la empresa contratada por el partido todas las mañanas. Así, a lo mejor cuela. Pero cuando el tipo (porque es un tipo) habla, va y la caga.

Ustedes, que están para lo importante, no se han parado a mirar la sarta de tonterías que el candidato cántabro de Ciudadanos viene diciendo en campaña. Eso si, casi todas sobre las mujeres, que en el tema el caballero parece ser un especialista.

Como ya les he contado en otra entrada de este blog, el tipo ya había dicho que le preocupaba una muerta por violencia machista como un muerto por accidente de tráfico. Hoy ha rematado la faena: ha declarado que “el aborto es violencia”. No hare muchos comentarios sobre la frase, a más de calificarla de puro fascismo intelectual.

No ha importado que Ciudadanos pasara, en los cuatro días de debate sobre la violencia machista, de partido de centro a partido de derecha extrema. Ha tenido, el ciudadano, que rematar la faena. Con el esfuerzo que a Rivera le ha costado parecer lo que no es, en una frase, el candidato cántabro le ha fastidiado nuevamente la campaña. No importa que lo desmienta. O le pide que se vaya a su casa o el Rivera se come el marrón.

Es lo que tiene lo nuevo: hay partidos que se han construido con la vieja cosa de las ideas y emergentes que se construyen con casting. Cierto que no es lo mismo un misógino fascistoide cántabro que un general de la OTAN. Pero, que quieren que les diga: cuando la encuesta prevalece sobre el ideal, el riesgo es creciente.

Ha bastado que los lectores de encuestas encuentren que los indecisos son, en su mayoría, mujeres, para que los nuevos y emergentes muchachos se lancen a por el voto femenino, con escaso acierto, dicho sea de paso. Es lo que tiene no saber de que se habla.

Sin ir más lejos, Iglesias, que ha construido un grupo ajeno a la paridad y a las listas cremallera, ha recibido la consigna de Errejón: toca hablar de mujeres. Ni corto ni perezoso, ha afirmado hoy en Galicia que el cambio tendrá  “estilo de mujer” y, además,  “de madre”.

A ver, queda más conservador, más ni de izquierdas ni de derechas, manejar conceptos como madre o abuela que de mujer joven, aguerrida o combativa. O sea, que hemos pasado de portavoces pornógrafas a abuelas como espejo del cambio. Camino que la campaña del candidato de la Unidad Popular, que ni es unidad ni es popular, inició convirtiendo en abuelas a  las luchadoras antifranquistas, forma insana de ocultar dignísima mochila histórica, por cierto.

Sugeriría que los candidatos, más aún si son nuevos y no se les conoce lucha alguna por los derechos de la mujer, guardaran un correcto silencio sobre el asunto.

Si; si ya sabemos que los socialistas, con sus tontadicas, sus leyes de igualdad, sus paridades y estas cosas lo tienen mejor. Pero chicos, no lo queráis todo, no lo queráis todo.