Ellos son imbéciles, pero el dinero era nuestro...y se lo comerán los cocos.

El viaje de la derecha para acabar con las Cajas de Ahorro ha culminado en un politiquerío que nos costará  alrededor de 10.000 millones de euros.

Tras reunir a las cajas “peperas” que más vergüenza daban, especialmente la de Camps, y poner a la cabeza a un tipo que nunca había sido gestor financiero, aunque si amiguete al que colocar,  las cosas han llegado donde era previsible: ha emergido la dimensión real de la burbuja y el ladrillo se ha comido a Bankia.

31.795 millones de crédito al ladrillo que debe ser provisionado. Antes de que le echen la culpa a los desahuciados que se sepa que la morosidad de las familias (los pisos adjudicados por impago) solo es el 11% del total.

El resto es pura burbuja y especulación: en suelo, Bankia tiene 5.290 millones, en promociones 4.023. El resto, créditos de dudoso cobro por encima de 17.000 millones de euros. El 17% de los activos inmobiliarios problemáticos del estado, lo que señala el tipo de crecimiento del que Camps y Aguirre han venido presumiendo.


Me pregunto donde ha andado el mejor regulador del universo conocido mientras la burbuja se escondía en los entresijos de las fusiones, los bancos sistémicos y todas esas zarandajas. Aún más; me pregunto por qué se le permite una jubilación más que decorosa en el verano, en lugar de despedirlo inmediatamente: quizá porque no hemos encontrado el amiguete que sustituya a MAFO, el gran reguleta del más liberal de los capitalismos.

Galbraith escribió un libro donde acababa diciendo que “los imbéciles son separados, tarde o temprano, de su dinero”. Lo que el bueno de Kenneth no dijo, yo os lo he recordado no una, ni dos, sino tres veces, es que ese dinero era nuestro y ahora habremos de ponerlo en dinero público en forma de bonos, convertibles en capital (cocos) si la solvencia sigue amenazada.

Provisionar esos 31.795 millones y sanear la entidad financiera podrá costar alrededor de 10.000 millones de euros. Los recortes en educación o sanidad o un pedazo de impuestos de narices.

Claro que la entidad debe tener liquidez escondida en alguna parte, pillada a precio de saldo europeo, que el FROB ya había preparado un fascalillo de los que acostumbra, en cuanto se hubiera fusionado. También, digo yo,  como somos tan defensores del mercado y estamos tan bien gestionados, podría ir por ahí a pedir un capitalillo de nada.

Pero eso no sería liberal, liberal. Lo de verdad liberal es que los ciudadanos y ciudadanas paguemos con dinero público las pérdidas de los bancos. Naturalmente, pedir que si hay dinero público hay nacionalización; prohibir la distribución de dividendo, solicitar responsabilidades o suspender indemnizaciones de despido es puro comunismo.

O sea; que Bankia se va al carajo y España lo celebra con una nueva orgía de pela pública a costa de los recortes.

Naturalmente, les dirán que los cocos es deuda, pero no es déficit.  Celebremoslo con vino y dulces versos que diría Plauto.