A sus ordenes, mi general

El control aéreo esta bajo control militar. Cautivos y desarmados los controladores, las tropas de Pepiño han alcanzado sus últimos objetivos. Los militares controlan las torres; se ignora si los controladores serán juzgados por tribunales militares; pero no preocuparse: Pepiño esta dispuesto a corregir este pequeño error constitucional.

Por supuesto, estos del control aéreo deben formar parte, que diré yo, por lo menos del ejército de espías de la Embajada Americana. Es por ello que necesitaban un nuevo decretazo que alterara sus condiciones de trabajo pactadas en convenio sin negociación ni nada. Porque lo de negociar, a ver si lo entendéis de una puñetera vez, es con las 37 empresas, loados sean nuestros salvadores, con la banca o con la CEOE. Con los curritos no se negocia que estan muy insolentes y levantiscos.

Gran real decreto donde ahora resulta que de la jornada de trabajo no podrán deducirse las licencias por enfermedad, bodas, asuntos familiares o formación. Que se casa uno, a recuperar; que se opera tu padre; a recuperar; que te dan un curso de actualización, a recuperar. Tomad nota, que cuando os lo hagan a vosotros y vosotras ya será tarde para quejarse.

Que las cosas no se hacen así; que hay que ser prudentes, que jorobar al usuario que no es culpable no puede ser....Pues si; será que tenéis razón. Pero que queréis que os diga, de alguna manera tendrá el personal que decir basta.

Pero lo que mola; lo que de verdad es extraordinario es poner a los milicos en la torre de control. Eso si que demuestra autoridad: un general ordenando a trabajadores levantiscos; sujetos al código penal. Pepiño llamando a una reunión al jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire y dando órdenes; un estado de excepción en pequeñito. Que nadie diga que no mandamos.

Que tiemblen los demás. Me refiero a los trabajadores, a los parados, a los saharahuis, a los débiles.

Yo a las órdenes de mi general. Que luego será tarde.