Ya es definitivo: no soy un patriota.

No soy patriota...y, además, que se sepa: le hago el juego a la derecha. Lo ha dicho ese adalid de la izquierda mundial que es Rodríguez Ibarra. El mensaje general de su sesuda reflexión es que, además de ejercer de meretrices, para se patriotas hay que poner la cama: o sea, guardar silencio...porque eso es lo patriótico.

La tesis del ilustre izquierdista, a la par que voceras, es que la huelga general más notable de las que en España si hicieron lo fue por “ hacer curriculo” ; naturalmente, Felipe González no se merecía tal afrenta y los huelguistas eran unos “gauchistas” que no pudieron ser divinos como el ilustre extremeño. Pero los huelguistas de hoy no solamente son seguidores de un catecismo izquierdista trasnochado sino que no son patriotas.

He tenido la mala fortuna no sólo de leer su atrabiliario argumentario sino de escucharle vocear en la radio. Tertulia muy reflexiva donde ha insultado a los que se abstienen, a los políticos que participan en tertulias (él puede naturalmente). Entre su griterío no sólo he descubierto lo que ya sospechaba y he anunciado aquí, no soy patriota, sino que le hago el juego a la derecha. Pues nada, completado ya el argumento, lo próximo será culpabilizarnos a los que decimos que son días de contestación, que seremos nosotros los que impedimos la superación de la crisis.

A mi lo del Rodríguez éste nunca me ha interesado mucho. Vocero de las pulsiones más reaccionarias que anidan en el socialismo español y auspiciador de apoyos a cómplices de terrorismo de estado y algunas otras lindezas no iba a portarse ahora de otra manera. Huelguista es sinónimo de antipatriota. Pues eso.

Lo que de verdad me preocupa es que el artículo del ínclito pasa a ser argumentario oficial de la cosa en dos días. Lo patriota, muchachos y muchachas es guardar silencio mientras esquilman derechos y erarios públicos a favor de los insaciables mercados. Anónimos mercados que vienen a ser los bancos, las patronales, el sector financiero y todos los que provocaron la crisis.

Pues nada Ustedes se me callan y no me hacen huelga o pasan a ser de derechas y antipatriotas. Luego dicen que la comunicación de gobierno hay que elaborarla. Para qué construir una historia si el más primario exabrupto reaccionario (el patrioterismo) es suficiente.