Entre la roja y los usureros.

Es que ayer me dieron el día. La roja da para filosofía y la banca para felonía. Admito que este es un mal ripio pero es que no estoy para “finezza”.

Resulta, según el Presidente del Congreso – socialista los días pares y vaticanista los impares- que la selección de fútbol “es el mejor reflejo de que España no son 17 territorios” (por eso, le llaman “la roja” para no molestar al tripartito ni a los candidatos a la Presidencia del Barça). Dice Rajoy – de derechas todos los días- que “los jugadores dejan de lado lo accesorio( debe referirse a las primas) por el interés de España. Zapatero,…, de Zapatero no hablo que me saldrá un insulto.

O sea, que la cosa es apuntarse al carrito. Pues que queréis que os diga; yo, que soy de la selección desde cuando perdía y se llamaba española, dejo las reflexiones a los versos que en el césped derraman los atletas, aunque sean bajitos. Pero, como siempre, estoy equivocado: hay que transcender, teorizar y apuntarse a la cosa del éxito.

Por un poner: un gol de Silva a un portero polaco inmenso es el mejor ejemplo de que uno podría ciscarse perfectamente en la banca. Bono y Rajoy han empezado; a ellos con las reclamaciones.

También uno de los usureros más famosos de Madrid me dio ayer la mañana, para completar el asunto. Hablo de la entidad financiera madrileña mejor gestionada y totalmente solvente: el que pidan 4000 millones de ayudas, con las que se podría pagar a los funcionarios y los pensionistas, no es porque haga falta, que es una entidad fetén, fetén, sino por aprovechar el favor del gobierno antes de que no haya favores que pedir.

Pues resulta que la mejor Caja de Madrid decidió devolver uno de mis recibos por valor de 31, 80 euros. Correctísima decisión ya que tal cantidad mantenida en números rojos durante 24 horas podría poner en peligro no ya el hielo de la fusión fría sino la propia pervivencia de la entidad. Solícito como soy con mis acreedores allí me fui yo a poner una meritoria transferencia en ventanilla: la mejor caja de Madrid me cobró, ni mas ni menos, que un 20% de comisión. Porcentaje que estimo sumamente escandaloso y que, espero, merezca un baldosín de lujo en el alicatado de la cueva de Rato, quiero decir de en la cueva de Alibaba.

Hermoso país este donde los banqueros no viven de dar créditos sino de la usura y en el que los padres de la patria no tienen nada más que vender que los éxitos de 23 excelentes deportistas. Eso si: la culpa de la crisis del modelo productivo, muchachos y muchachas, es vuestra. Definitivamente, aunque diluvie, me voy a ver a Rage against machine (Rabia contra la máquina)