Europa de Bribones

Buenas noticias desde el Tribunal Constitucional italiano: el fascista rampante, el Presidente del Milán, ya no está por encima de iguales. Un bribón en trance de ser expulsado de la vida pública. Cualquier cosa en la Italia de casino.

Pero que decir de la civilizadísima Francia, cuna de la “politese” y “savuarfer”: El Presidente de la República, Sarcozy, está intentando llevar a la cárcel al anterior Primer Ministro. Claro que este príncipe de las letras (el señor es literato) intentó hacer lo mismo acusando a Sarcozy de corrupción, usando los servicios del estado. Entretanto, porque la cosa francesa estaba aburrida, el Ministro de Cultura, ha confesado practicar y pagar turismo sexual con jovencitos tailandeses, cosa que no le lleva a dimitir.

En Inglaterra, sus señorías los diputados se han financiado casas, piscinas, amantes, y bagatelas de ese tipo con las dietas parlamentarias

Naturalmente, estos líderes velan por nuestros intereses y, tras habernos puesto para una temporadita a Barroso, planean, me refiero a ingleses, franceses e italianos, colocarnos a Tony Blair como Presidente de la nueva Unión Europea, un figura de la cuarta o quinta vía, tras la ratificación del Tratado de Lisboa.

Para que hablar del fango de nuestra propia política, el lodo Gurtel, y las subsiguientes historias que vamos conociendo. Y así en una historia interminable para acabar concluyendo que Europa esta cruzada por una auténtica cuestión moral.

Sólo hay una alternativa a esta Europa de corrupciones: la reconstrucción radical del cuerpo político, de las formaciones políticas. Pero no es suficiente la renovación del ejercicio de la política; es necesaria una nueva política.

Se habla mucho de la reconstrucción moral del capitalismo pero los áureos líderes que refundarán nuestro sistema económico no se plantean la reformulación de las metas políticas que, en esencia, son las que han estimulado las ganancias vinculadas a la política concebida como negocio.

En el Eurobarómetro de 2008, sobre Corrupción, la media de entrevistados que estaba de acuerdo con la afirmación de que “la corrupción es un problema grave en su país” era de tres de cada cuatro (75%).

Los europeos y europeas estamos convencidos que esta es tierra de bribones.