Astroturfing y sneakers o como parecer pobre con unas zapatillas de 540 dólares.

El “astroturfing” es, en general, la técnica que consiste en producir una impresión (falsa) de naturalidad e improvisación. Por ejemplo, cuando se planifica una respuesta masiva en un blog o una web. “Astroturfing” serán las prácticas de esas falanges de “ciberactivistas” a las que anima Don Ricardo al protagonizar acciones diversas y geográficamente distribuidas, tanto explícitas, como subliminales u ocultas, cuando, súbita y espontáneamente, decidan contar las bondades de sus ideas.

Antes de la comunicación electrónica, era un término usado en relaciones públicas o campañas, esencialmente políticas, para definir aquellas acciones que pretenden dar una impresión de espontaneidad, fruto de un comportamiento con base social. El nombre deviene de una marca norteamericana de césped artificial (AstroTurf).

Este ha sido un puente pródigo en “astroturfing”. Observando el cortejo del Uno de Mayo en Madrid pude evaluar la cantidad de cazadoras, con una década de antigüedad más o menos, y jerséis de pico, con más antigüedad aún, que portaban algunos sindicalistas. Ciertamente, es el Primero de Mayo día propio para que una vez al año, por pascua obrera, los sindicalistas luzcan galas de viejos y austeros luchadores.


Claro que hay quien lo lleva con mejor estilo que otros. Por ejemplo, nada que ver la naturalidad de las cazadoras de los sindicalistas con el estiramiento de las chaquetas de hilo de algún portavoz parlamentario, manifestándose contra su propio gobierno. Nada que ver el atildado “look” de caballero de Toxo con el desmadejado aspecto (que no se yo porque lo social supone tal cosa) de candidato europeo del PSOE manifestándose, supongo, contra el gobierno que gestiona cuatro millones de parados.

Pero el premio al “astroturfing” del puente, sin duda, corresponde a Michelle Obama. La Señora de Él se presentó con un cuidadísimo y adecuado aspecto “casual” en la reunión de una ONG que facilita alimentos a los pobres. Además de los muy naturales cárdigan y pantalones “capri” del diseñador de Chicago de cabecera, la primera dama se presentó en “sneakers” (deportivas), porque la señora se había levantado a las cinco y cuarto de la mañana a pasear al perro y atender a las niñas.

Y hay que entenderlo antes de formular ácidos comentarios: todas las mamás trabajadoras se levantan a las cinco y cuarto (eso es como las siete en España) y se ponen unas deportivas francesas, marca Lanvin, que cuestan 540 dólares, para pasear al perro y vestir a las niñas con deportivas a la moda.

Como puede observarse, ella estaba muy natural y, aún más, social. Quizá el asesor de turno, y la primera dama, debiera preguntarse si el “astroturfing” de chica natural, que lleva las niñas al cole y luego va a dar comida a los pobres, debiera acompañarse de algún elemento de coherencia como vestir algún calzado de coste más moderado.

Cosas mías; qué me escandalizo con frecuencia últimamente y no entiendo el mensaje progresista.