Ayer tuve numerosos lectores y lectoras. Todo morbo me temo. Va a ser que hoy escribo de algo menos interesante: lo del paro, digo. Con lo que me estaba yo riendo, pasa el día, y me paso al cabreo en un pispás.
Entendedme; andaba yo meditando sobre las pintadas contra Tania que Liber, Lidia y Ricardo glosan en sus blogs cuando me llegan dos noticias: La EPA que deja 4 millones de parados y la decisión del Consejo de Ministros de conceder la medalla de Carlos III a Carla Bruni, cuyo gran servicio a España es ser la señora de Sarcozy.
Un parado o parada es un drama; al parecer, cuatro millones tan sólo una estadística debe pensar la administración.
Y no sé cuál de las dos cosas – paro o medalla- me parece más irritante. Es probable que alguien recuerde que era para las idus de Marzo, Zapatero lo dijo, cuando se iban a notar las magníficas medidas gubernamentales contra la crisis y cambiar la tendencia de destrucción de empleo.
Ah, no; he aquí que los bancos llenaron arcas para pagar sus deudas y los que esperan que les llegue un simple ICO, una línea de descuento o tontería similar, que nada tiene que ver con la solución de la crisis por lo visto, han acabado cerrando su empresa, pasándose de autónomos a parados o despidiendo trabajadores.
He aquí que ha desaparecido un sector económico entero, la construcción; otro anda a la mitad, la industria; y del consumo que les hablen al millón de parados y paradas que no tienen prestación.
Magnífica gestión de crisis que acumula records mientras el gobierno ríe, sonríe, o tiene mucho tiempo libre por la mañana como, al parecer, ha dicho Zapatero. Está claro: lo hecho no sirve; problema: no hay ideas nuevas. Al carajo, pues, a esperar que otros nos saquen del apuro – Obama o similar - antes de que haya nuevas elecciones generales y ZP se lleve el susto de su vida.
Para el mientras tanto, nada como el circo: una cenita de estado de Carla y Sonsoles que, sin duda reflexionaran sobre la crisis, para que salga en la tele y nos distraiga. Y para que sepamos que la Bruni es una mujer de estado le concedemos la medalla de Carlos III que se concede a quienes prestan grandes servicios a España.
Elegid chicos y chicas: unas risas o un cabreo.
Entendedme; andaba yo meditando sobre las pintadas contra Tania que Liber, Lidia y Ricardo glosan en sus blogs cuando me llegan dos noticias: La EPA que deja 4 millones de parados y la decisión del Consejo de Ministros de conceder la medalla de Carlos III a Carla Bruni, cuyo gran servicio a España es ser la señora de Sarcozy.
Un parado o parada es un drama; al parecer, cuatro millones tan sólo una estadística debe pensar la administración.
Y no sé cuál de las dos cosas – paro o medalla- me parece más irritante. Es probable que alguien recuerde que era para las idus de Marzo, Zapatero lo dijo, cuando se iban a notar las magníficas medidas gubernamentales contra la crisis y cambiar la tendencia de destrucción de empleo.
Ah, no; he aquí que los bancos llenaron arcas para pagar sus deudas y los que esperan que les llegue un simple ICO, una línea de descuento o tontería similar, que nada tiene que ver con la solución de la crisis por lo visto, han acabado cerrando su empresa, pasándose de autónomos a parados o despidiendo trabajadores.
He aquí que ha desaparecido un sector económico entero, la construcción; otro anda a la mitad, la industria; y del consumo que les hablen al millón de parados y paradas que no tienen prestación.
Magnífica gestión de crisis que acumula records mientras el gobierno ríe, sonríe, o tiene mucho tiempo libre por la mañana como, al parecer, ha dicho Zapatero. Está claro: lo hecho no sirve; problema: no hay ideas nuevas. Al carajo, pues, a esperar que otros nos saquen del apuro – Obama o similar - antes de que haya nuevas elecciones generales y ZP se lleve el susto de su vida.
Para el mientras tanto, nada como el circo: una cenita de estado de Carla y Sonsoles que, sin duda reflexionaran sobre la crisis, para que salga en la tele y nos distraiga. Y para que sepamos que la Bruni es una mujer de estado le concedemos la medalla de Carlos III que se concede a quienes prestan grandes servicios a España.
Elegid chicos y chicas: unas risas o un cabreo.