Parad el mundo muchachos. Ha llegado el día de la refundación.

Anotad la efeméride. La semana que entra cambia la historia. La caída de Lehman Brothers sustituirá a la caída del comunismo. La súbita disolución del neoliberalismo hará olvidar el derrumbe del muro. Los ejecutivos con sobresueldos sustituirán a Ceaucescu y Él accederá al lugar de los hacedores, hasta hoy reservado a Reagan, Thatcher y Juan Pablo.
Será el día 2, el punto cero. Él descenderá en el cielo de Londres y se juntará con otros diecinueve apóstoles, encantados de estar en tan histórica cita: Zapatero tendrá, al fin, silla en el mundial concierto; Lula torcerá el morro ante tanto blanco con ojos azules en la platea; los funcionarios del FMI sonreirán a todos por si cae algún empleo. La Unión Europea…, bueno, no está pero a nadie le importa.
Él levantará la mano mientras el orbe suspende su ritmo, y dirá: muchachos, hay que poner más pasta. La Merkel y Brown torcerán el morro …intuyen que el americano quiere que sus empresas gorroneen perras europeas; Zapatero dirá que él pone lo que haga falta; Sarcozy encontrará la forma de no poner nada sin que se note; en la calle, alguno de vosotros y vosotras siempre aguando momentos históricos, gritaréis cualquier protesta.
Enterrarán toda suerte de liberalismo y, al grito de regulación, bajarán sus pulgares para dejar morir a los paraísos fiscales que serán invitados a comprar activos tóxicos o en mal estado. Y el dinero inconfesable financiará inconfesables agujeros aún no descubiertos.
En el año en qué la economía mundial se ha contraído, por primera vez desde la segunda guerra mundial, acabarán con la política económica conocida aunque no están de acuerdo en la nueva. Obama, Sarkozy Merkel disputan; Zapatero… está de acuerdo.
Vosotros pensáis que bajos tipos de interés y expansión fiscal son escenarios ideales para que las dos políticas prohibidas en el capitalismo antes inmoral triunfen: política industrial e impuesto sobre capitales. No; no va a ser eso la refundación que, eso sí, nos prometerá nacionalizaciones, supervisiones e ingeniería financiera.
Eso es el mundo moderno y no ese interés vuestro en inversiones verdes, sostenibles, productivas, generadoras raudas de empleo. Las pelas están para el libre comercio y para los agujeritos financieros chicos, que no acabáis de aprender mis lecciones.
Él afirmará que la cosa unipolar se ha acabado; que tiene otros asuntos de que ocuparse; nos ofrecerá la cabeza del FMI y un nuevo organismo tendrá larga vida. El mundo sustituirá a los banqueros blancos de ojos azules por supervisores globales blancos y de ojos azules y las bolsas anunciarán, con la conveniente y temporal subida, que ellos han hablado.
Parad el mundo muchachos: nos van a refundar