El aborto es un asesinato pero robar en Valencia sólo es feo.

Cuando yo era niño un pecado era un pecado, sin matices. Si pegabas a tu padre (el cuarto) era como si te hacías una paja (el sexto); si robabas un cigarrillo en la tienda de chucherías (el séptimo) era como una paja...en realidad cuando yo era niño a los curas sólo les preocuba lo mismo pero, eso si, había cierta democracia igualitaria en esto de los actos que te conducían al infierno.

Ahora, el Portavoz de Benedicto ha introducido un relevante matiz: choricear con la pela pública en Valencia “es ciertamente feo”. Ni pecado, ni al infierno…sólo una cosa estética, así como cutre, pero que no va a ninguna parte, vamos que Camps no irá al infierno.

Siguiendo con la equilibrada lógica de la jerarquía católica, los del foro de la familia equiparan el aborto al “asesinato de judíos”; incluso Benedicto, en un alarde de ordenar los pecados como dios manda, ha señalado que el aborto es peor que la violación. Cosa que además de ser un insulto a los judíos y a las mujeres viene a ser peligrosa porque entonces es peor una mujer que aborta que un cura pederasta de lo que colijo un problema orientación en la cosa del branding eclesiástico.

La iglesia, siempre al tanto de lo que pasa en la amada España, ha torcido el morro; pero que feo es lo de Valencia y cuántas asesinas andan por las calles y las clínicas. Todas al trullo gritan en el foro de la familia y seguramente encargaran a Costa que les organice los eventos y las pancartas y si trincamos un poquito pues mejor que, al fin y al cabo, sólo es feo.

Mis lectores podrán argüir exceso de ironía en el comentario. Pero es que si me lo tomo en serio es mucho peor. Benedicto llegó a decir un día que las cruzadas fueron un malentendido. Pues eso: estos equívocos vaticanos, esta miríada de malos entendidos, estos lapsus lingüísticos son una nítida expresión de la estructura de pensamiento de la jerarquía católica.

Lo que demuestran estas frases tan absurdas como insultantes es la débil conciencia cívica que les anima, siempre dispuestos a sacrificar la democracia, la limpieza de gobierno, los derechos civiles y la liberación de la mujer o los más débiles, a cambio de mantener el machito, unos valores morales que no les importa sino como trinchera política.

La manipulación de valores éticos, la confusión de prioridades que estas expresiones vaticanistas demuestran no es sino corrupción moral. Robar en la cosa pública “es ciertamente feo” y el Portavoz Vaticano se quedó tan ancho y nosotros insultados.

Bravo por el Portavoz y la Jerarquía.